jueves, 3 de noviembre de 2016

ESTRENO: "Doctor Strange" (Scott Derrickson, 2016)


Gracias a que se mantiene como el estudio campéon en cuanto a películas de superhéroes, Marvel se siente lo suficientemente comodo como para hacer películas sobre sus héroes más excéntricos, en este caso con el Doctor Stephen Strange, un cirujano habilidoso que se convierte en hechicero. Como es un genio insufrible, pero de carácter flemático inglés y buen sentido del humor, Benedict Cumberbatch puede interpretar este tipo de papeles dormido, pero nadie lo hace mejor. Es un genio insufrible, pero de carácter flemático inglés y buen sentido del humor. Le proporciona mucha dignidad y seriedad al personaje, pero sus mejores momentos son cuando demuestra su vulnerabilidad y fragilidad humana, como sucede después después de un accidente que cambia su vida y cuando es forzado a romper el juramento de Hipocrátes. Es una buena interpretación y me gusta el manejo de los dos temas esenciales de la película: como enfrentarnos contra el peor enemigo de la humanidad (el Tiempo) y como a veces las tragedias de la vida nos pueden llevar a tomar caminos insospechados que, aunque no fueran los que deseamos, son los que más pueden resultar beneficiosos para el prójimo. Tilda Swinton, Chiwetel Ejiofor y Benedict Wong son muy graciosos como los mentores mágicos de Strange. A muchas personas no les gusta que las películas de Marvel estén cargadas de chistes...a mi sí, y me la pase riendome en la película (junto con la sala retacada) y eso lo hace muy disfrutable. Mads Mikkelsen y Rachel McAdams tienen papeles ligeros y aparecen menos de lo que merecen, pero tienen suficiente impacto dramático para no sentirse aprovechados. 
Los otros dos factores más fuertes de la película: el increíble diseño visual de los multiples universos, los hechizos y el desdobalmiento de paisajes; y los momentos donde lo estrafalario y esóterico de la cinta son presentados sin concesiones. ¿Cuantas películas de superheroes se han atrevido a filmar un combate en tre cuerpos astrales en medio de un sala de emergencias? Casi ninguna, y ese tipo de momentos son de las razones por las que me gusta ir al cine. 
Recomiendo Doctor Strange porque, junto con "Deadpool", es un buen representante de un cine un poco más "gonzo" (o sea "excéntrico") que puede conseguir mayor aceptación y difusión entre películas de alto presupuesto.  8.5/10.

sábado, 29 de octubre de 2016

ESTRENO: I Am the Pretty Thing That Lives In the House (Oz Perkins, 2016)


El día de ayer se estrenó una película original de Netflix titulada I Am the Pretty Thing That Lives In The House (Yo soy la cosa bonita que vive en la casa). Un título largo que evoca a la obra literaria de Shirley Jackson (autora de "The Haunting of Hill House", "The Lottery" y "We Have Always Lived In the Castle") y a la tradición del cine gótico italiano. El título no solo señala sus dos influencias principales, sino que establece la construcción narrativa de la cinta: El  “Yo soy" nos avisa el uso constante de la narración en primera persona, pues la mayoría de los parlamentos de la película los escuchamos en una narración lírica de dos (quizás hasta tres) personajes femeninos. El adjetivo de “la cosa bonita" se aplica a Lily (Ruth Wilson), una introvertida y nerviosa enfermera que ha sido contratada para cuidar a la anciana escritora de novelas de terror y misterio Iris Blum (Paula Prentiss en el presente, Erin Boyes en los flashbacks de juventud y de apariencia similar a Shirley Jackson) y a Polly, el espectro victoriano que protagoniza la novela más célebre de Blum, The Lady In the Wall (La dama en las pared) y que, desde la primer toma, se nos avisa que vive en la casa del título. La casa en cuestión es del estilo colonial, una bella y sencilla construcción blanca, de madera y dos pisos, cuyas ventanas grandes dejan entrar la luz y dejan entrever la soledad nocturna de la floresta fuera de la casa. Este es el único escenario de la cinta. Nosotros nos saldremos de este espacio y, desde los primeros lánguidos minutos, queda claro que nuestros personajes son prisioneros de la misma.

La película fue escrita y dirigida por Osgood “Oz” Perkins, hijo del legendario actor Anthony Perkins. Oz Perkins también siguió los pesos de su padre (su papel más conocido es el del amigo ñoño de Reese Whiterspoon en Legalmente rubia) para eventualmente dirigir su primer película, February, la cual se estrenó en el Fantastic Fest de 2015, pero cuyo estreno comercial se ha postergado por un año y medio (aún no cuenta con fecha de estreno exacto, pero la esperamos este 2017 bajo el título The Blackcoat’s Daughter). Con Yo soy la cosa bonita… corrió mejor suerte, pues Netflix se encargó de financiar y distribuirla. La visión de Perkins respecto a esta película siempre fue minimalista en todos los sentidos. Hay ocho actores en total durante toda la cinta, la casa es la única locación y los diálogos son pocos. Todo esto para construir un cuento de fantasmas de carácter poético que prefiere explorar con sus imágenes y palabras el concepto de la muerte y como aún las jóvenes más bellas sufren los estragos de la putrefacción. De manera aún más conmovedora, las presencias fantasmales son tratados como huellas vivientes que se adhieren a la esencia de la casa. “Cuando hay una muerte en una casa, los días pasan más rápidos”, se nos dice. Y en dos ocasiones se afirma que cuando alguien muere en una casa, ya no es posible que los vivos renten o compren la propiedad…solo la obtienen prestada de los muertos.

Ruth Wilson, como protagonista principal y testigo de los hechos, es un personaje interesante. Aunque es enfermera, su carácter nervioso, remilgado y asustadizo crea la atmósfera de tensión que ya ha sido establecida por los demás elementos. Wilson dijo que estudio a las princesas de Disney (en especial a Cenicienta) para caracterizar a Lily, y se nota. Su tono de voz y acento (un tonito de clase alta, suavecito y levemente chipilón) y su renuencia a leer alguno de los libros de la anciana a la que cuida nos señalan a una pobre chica que se encontrará presa del pánico a la menor provocación. Paula Prentiss habla poco como Iris Blum, pero su monologo más extenso sobre la desdichada suerte de “ustedes, las jóvenes bellas” es hipnótico (y con ecos del  “Este que ves, engaño colorido” de Sor Juana). Bob Balaban nos deleita con su presencia como un  abogado enigmático.

Yo soy la cosa bonita que vive en la casa pertenece a la vertiente del terror actual del “slow burn”, donde una atmósfera opresiva y la tensión constante de que “algo” aparezca en alguna esquina o debajo del marco de una puerta es más importante que los sustos catárticos (esto es ayudado en gran parte por el soundtrack discordante de Elvis Perkins,  hermano del director). La bruja, El babadook, Está detrás de ti y las películas de Ti West son los mejores ejemplos de esta corriente que favorece situaciones y finales ambiguos y la exploración de temas esenciales sobre las relaciones humanas en vez de explotar las convenciones del cine de terror moderno establecido (el gore, los sustos repentinos, los fantasmas deformes, lo grotesco, los ruidos tramposos, etcétera). Vale la pena advertir que a medio camino de la película uno se comienza a percatar de que el misterio de la casa (y de la trama) no será plenamente explicada y de que el final causará más preguntas que respuestas (por mi parte, el único pero es que la estancia de Lily en esa casa tenga una duración de once meses. Creo que es una duración muy larga que no se siente en la historia, al menos de que haya un significado oculto que se me escape).  Para los amantes del terror estándar, Yo soy la cosa bonita… será una decepción. Pero para los que les gusta una buena historia de fantasmas y las películas de carácter poético o literario (y que provoquen muchas teorías sobre su significado), Yo soy la cosa bonita… se presenta como  una de las películas de terror más interesantes del año. Es una película donde una cocina incómodamente grande (junto con la chaqueta color mostaza de Lily, el color y el tamaño de los sets son evocativos del estilo de Mario Bava), una mirada directa a la cámara, una voz fantasmal que susurra una declaración tajante, una silla colgada en la pared, un reflejo en una pantalla de televisión y un espectro que deambulo en un plano oscuro son suficientes para crear desasosiego y una contemplación sobre la fragilidad de la vida. 9/10.

lunes, 8 de agosto de 2016

Escuadrón suicida (Suicide Squad, David Ayer, 2016)

"Is this the real life, is this just fantasy?" En el caso de "Escuadrón Suicida", la respuesta a esa pregunta es la segunda. Las películas del nuevo universo filmíco de DC Comics no temen en adentrarse con poderes mágicos, seres intergaláticos, super-humanos (o "metahumanos") o todo tipo de personajes estrafalarios o excéntricos. Aunque la fotografía tiende al claroscuro, no cometan el error de simplificar las cosas y de fincar a estas películas en parámetros opuestos a los de Marvel simplemente porque las compañías son archi-rivales: las películas de DC son tan películas de comics como las de Marvel, tanto por su sentido del humor, la actitud osada de todos los personajes y su aceptación con alegría de un universo extraordinario donde Batman existe en el mismo espacio que alieniginas como Superman, semi-diosas creadas por Zeus como La Mujer Maravilla o una bruja milenaria con poderes cosmicos como "Enchantress"...y grupos de asesinos no tan malos como el escuadrón del titulo.

Los trailers explicaban la trama. "Task Force X" es un grupo secreto de metahumanos y criminales creado por Amanda Waller (Viola Davis, canalizando a su personaje Annalise Keating de "How To Get Away With Murder", aunque es difícil escoger cual de los dos personajes es más corrupto y manipulador) cuyo papel es servir como un grupo de misiones secretos al servicio del gobierno estadounidense. Con la presencia latente de la Liga de la Justicia en el mundo, los gobiernos ahorra se encuentran en una nueva carrera de armas, solo que en vez de ojivas nucleares se usan personas con poderes. Sin embargo, la primera misión del Escuadrón no tiene que ver con espionaje o sabotaje internacional, sino por un sabotaje interno. La ya mencionada "Enchantress"--que ha poseído el cuerpo de la arqueóloga June Moon (Cara Delevigne, excelente selección debido a su bella, pero éxotica cara, y a sus habilidades para contorsionarse como Shakira durante un aquelarre)--se ha rebelado y ha tomado a Midway City por rehén, creando una arma sobrenatural que amenaza al mundo. Aquí es donde interviene el Escuadrón, apoyados/controlados por un equipo de Navy Seals liderados por el coronel Rick Flagg Jr. (Joel Kinnaman)

Cuando empieza la película, atrapa la atención de inmediato. La mejor secuencia es cuando Waller presenta los datos sobre los miembros del Escuadrón y vemos flashbacks que demuestran sus habilidades, vidas y sus arrestos. Esta secuencia es emocionante y crea interés en los miembros del Escuadrón. Con personajes pintorescos como estos lo único que hay que hacer es darles una buena situación en donde desenvolverse y verlos hacer su magia.

¿La situación es lo suficientemente interesante para hacerle justicia a estos personajes? Sí y no. Las secuencias de acción están bien ejecutadas (David Ayer ya está curtido en cuanto a cintas de acción y crimen) pero todo esta empaquetado con la misma estructura de muchas películas de superhéroes de años recientes: hay un objeto que lanza energía y destruye ciudades a su alrededor y un ejercito de criaturas mitad zombi, mitad esporas son los contrincantes del equipo, garantizando que haya muchos tiroteos y destrucción de cráneos, pero clasificación B. Aunque es una película algo más coherente que "Batman Vs. Superman", hay un giro confuso antes del segundo acto, donde un evento se revela hasta más adentrada la película y que parece una pifia de la edición más que una revelación planeada. En general, la película se hubiera servido mejor en concentrarse en alguna misión no tan cósmica para darle espacio a los super villanos del titulo. Sin embargo, cabe aclarar que los "malos no tan malos" prácticamente parecen anti-héroes. La idea innovadora y atractiva del Escuadrón es que se nos presenta a un grupo de criminales de baja o nula moral combatiendo por un "bien común" contra personas más malvadas. Lamentablemente, ni los antagonistas son satisfactoriamente presentados ni como personajes ni como amenazas, y los miembros del escuadrón generan más simpatía que temor y/o respeto.

Porque en verdad los actores son los campeones de la película. Will Smith, en un papel como un asesino a sueldo con código moral tipo "León", despliega su gran carisma y fortaleza moral; Margot Robbie se roba cada escena en la que está. Fue la mayor satisfacción, pues su Harley (que no tiene poderes, solo su demencia, fuerza de loca y habilidades acrobáticas) es tan simpática, letal y simpaticamente letal como requiere su personaje. Nunca se nos olvida que es una cómplice de un jefe criminal y asesino en serie, pero tiene una vulnerabilidad latente que nos enternece, sin perder de vista su locura. Mi escenita favorita es el flashback donde la vemos usar su clásico traje de arlequín y hubiera preferido verla en ese atuendo que en los shortsitos que parecían perder tela conforme pasaba la película; Jay Hernandez fue la gran sorpresa, ya que "El Diablo" es el personaje más emotivo y con un historial trágico, y a pesar de ser uno de los personajes poco conocidos es el que tiene un desarrollo psicológico mas fuerte; Jai Courtney es un desquiciado gracioso, El Capitán Bumerang, y es una una película con varios estereotipos, el suyo es el más racista: un australiano alcohólico criminal; Adewale Akinnuoye-Agbaje es Killer Croc, y aunque no dice mucho, visualmente es una maravilla, con todo y que sea un estereotipo de pandillero negro debajo de sus escamas.

¿Que hay del Joker? Pues él aparece unos cuantos minutos, y actúa como Liam Neeson buscando a su hija. El Joker de Leto es un gánster urbano hip-hopero, que tiene la misma entonación del Joker de Ledger con algunos de los movimientos animalisticos, solo que mientras Ledger se asemejaba a un perro sarnoso y desparpajado, Leto actúa más como un cruce de reptil y cholo. Es extraño verlo establecido como un jefe criminal que hace negocios en el cuarto VIP de un teibol y verlo rodeado de un ejercito de matones vestidos a la moda rappera, pero esa fue la selección innovadora de Ayer y compañía. Visualmente lo hace especial y hay cosas bastante apreciables e interesantes en ese campo, cosas que la hacen diferente a otras adaptaciones y mundos fílmicos de cómic. Pero en la carrera por establecer su universo, se arriesgan a que la audiencia reciba una sobrecarga de información, de visiones radicales a sus expectativas y, más que nada, a lo desdibujado, a que personajes y motivaciones no estén plenamente desarrollados. Recibimos momentitos e información suficiente para establecer a Harley y a Joker, a June Moon/Enchantress y Rick Flag, a Deadshot y a Amanda Waller, el personaje más enigmático e interesante...pero sabemos muy poco de ellos. Se nos informa quienes son y que quieren pero la falta de desarrollo en casi todos los personajes es contraproducente.

Quizás sea mucho pedir que una película de 2 horas y 10 minutos pueda darle tiempo igual a su extenso reparto al tiempo que marca una pauta más en la construcción de una nueva serie al mismo tiempo sirve su dosis de acción y emociones. Gracias al carisma de personajes y actores, algo de la acción y algunas selecciones audiovisuales (aunque la selección musical es tan obvia que me parece que pudiera haber quemado un disco de estas canciones cuando me adentré en el Rock clásico a los 15 años) "Suicide Squad" sale a flote y no se derrumba bajo el peso de su propia ambición como sucedió con "Batman Vs. Superman", pero en este caso una visión concentrada y una trama más precisa hubieran sido beneficiosas. Aún cuando se trata con locos hay que ser racionales. 7/10.

jueves, 5 de mayo de 2016

Llámenme Mike: El Quijote Triunfante

A manera de inauguración del blog, les comparto la crítica que me consiguió un puesto entre los diez finalistas del III Curso de Crítica Cinematográfica (2016) convocado por IMCINE, la Cineteca Nacional, Corre Cámara y FilmInLatino. Teníamos que escoger una película entre una selección curada por FilmInLatino y elaborar una crítica. Con lecturas de Dashiell Hammett y Raymond Chandler frescas en mi cabeza (el seudónimo que escogí fue Terry Lennox, uno de los protagonistas de El largo adios de Chandler), me aventuré a rendirle homenaje a una de mis películas mexicanas favoritas (protagonizada por Alejandro Parodi, uno de los grandes regalos de Sonora para el mundo) y descubrir la relación entre la tradición novelesca de los detectives hardboiled y esta delirante historia sobre un judicial quijotesco. Espero que disfruten la reseña y, mejor aún, la película. (Advertencia: algunos spoilers ligeros).  





En México, país donde las instituciones legales y corporaciones policiacas no cumplen con sus propósitos y en ocasiones empeoran la situación de los ciudadanos a los que deben de salvaguardar, el género policiaco no se manifiesta de la misma forma como lo hace en países con sistemas judiciales mas efectivos. Un héroe policiaco mexicano que cumple con el “debido proceso” y es un honesto servidor público solo es verosímil para la mayoría si es presentado de manera estrafalaria o como farsa. Como ejemplo de “lo estrafalario” contamos con las películas de acción de los ochenta. En cuanto a la farsa, tenemos a Llámenme Mike. Escrita por Reyes Bercini y Jorge Patiño y dirigida por Alfredo Gurrola (quién años después dirigiría las primeras dos adaptaciones fílmicas de las aventuras del detective privado mexicano Héctor Belascoarán Shayne), Llámenme Mike es una mordaz parodia de la novelas de detectives estadounidense y de la realidad socio-cultural del México de los setenta.

Miguel Contreras (Alejandro Parodi, cuyo apellido no podría ser mas fortuito) es un agente judicial gris y taciturno que pertenece a un grupo policiaco corrupto liderado por el capitán O’Hara (Victor Alcocer) y al que también pertenecen Domínguez (Carlos Cardán) y Villegas (Leonardo Trebole). Entre sus hazañas se encuentra la ejecución de un operativo contra traficantes de cocaína en donde roban dos kilos del producto. Solo reportan algunos gramos empaquetados a su perpetuamente iracundo superior, el comandante Ornelas (José Najera), quien furiosamente amenaza con dar de baja a todo el equipo si no se reporta la cocaína restante y al responsable de haberla hurtado. O’Hara decide “pasarle la cuenta” a Miguel (quien se toma esta frase de manera literal, algo muy de acorde con su personalidad) por todos los favores que le ha hecho, y este es escogido como el chivo expiatorio. O’Hara le asegura que solo tendrá que purgar algunos meses en la cárcel y que al salir será reincorporado en las filas de la ley. Miguel acepta los argumentos de su superior y empaca algunos libros de su nada despreciable colección de novelas “hardboiled”, específicamente las obras de Mickey Spillane y su protagonista, el hiper-duro detective privado Mike Hammer. Miguel va a la cárcel como si fuera un retiro monástico, pero sus vacaciones duran poco cuando es confrontado por un grupo de reos a los que él ayudó a arrestar y calentar. Después de abrirle la cabeza a golpes, el cerebro de Miguel es operado en una escena médica. Tras un acercamiento a su cerebro palpitante escuchamos una voz en off de tono rudo y determinado que despotrica contra la amenaza de los “Rojos” y sus intentos por destruir los valores de la Democracia Occidental. Miguel Contreras ya no existe. Llámenle Mike.

Como resultado de sus lecturas, Miguel corre la misma suerte que don Quijote, solo que su transformación se debe a la ruptura de sus sesos y no a su sequedad. Los caballeros andantes medievales son remplazados por los detectives privados, quienes cumplen la misma función que los caballeros de antaño, solo que ahora con gabardinas en vez de armaduras. Pero el héroe predilecto de Miguel no es Sam Spade o el operador Continental de Dashiell Hammett ni el Phillip Marlowe de Raymond Chandler. Si Marlowe era un “caballero de armadura oxidada”, Mike Hammer era Conan el Bárbaro pero más salvaje. Marlowe y los detectives de Hammett dependían más en astucia, improvisación e ingenio para resolver sus casos; Hammer era partidario de su cuarenta y cinco y de sus puños. Era común que le propinara un puñetazo en el estomago o golpes en los testículos a algún sospechoso o matón y que este terminara vomitando y retorciéndose en el suelo. Y mientras que en la novela negra tradicional inaugurada por Hammett y Chandler el declive moral es síntoma de la degradación que pulula debajo de la sociedad en la que se desenvuelve Hammer se debe a la decadencia intrínseca de ciertos grupos sociales indeseables: criminales cuya criminalidad se debe a su maldad inherente, no necesariamente a circunstancias socioeconómicas; homosexuales que usualmente también son travestis ya que los matices y diferenciaciones no existen para la perspectiva heterosexual extrema de Hammer; y, naturalmente, los “rojos”, a los que Hammer siempre mira con desdén.



Al despertar de su coma, “Mike” huye del asilo psiquiátrico acompañado por Rene (Patiño), quien habla en términos de evangelista apocalíptico. Causan un incendio en donde mueren nueve pacientes y atropellan a un anciano con su ambulancia. Estas escenas dicen mucho: La violencia y la muerte son presencias constantes en este ambiente degradado (en una escena, los compañeros de Mike ignoran a un hombre que es asaltado y golpeado afuera del restaurante donde se encuentran)  y Mike y los judiciales “atropellan” tanto a civiles como a sospechosos en el “cumplimiento” de su deber. Pero la diferencia es que Mike es purificado por su fanatismo reaccionario. Honrado e incorruptible, no es un investigador privado sino un autoproclamado justiciero anónimo (homologo, entonces, de otra clase de anti-héroe, usualmente interpretado por Charles Bronson) y tal como don Quijote y sus molinos, su visión transforma a tiradores de poca monta en achichincles del comunismo. Traduce conceptos y apodos en inglés y al presenciar a una cantante de mariachi en un tugurio se queja de la pérdida de los valores estadounidenses debido a la compenetración cultural de lo “latino”, uno de los comentarios satíricos más agudos de una película sobre un judicial mexicano poseído por el espíritu de un detective gringo McCarthysta.

De izquierda a derecha: Victor Alcocer, Sasha Montenegro, Alejandro Parodi yAlfredo Gurrola, en un rato agradable en el set.
Si el mundo de Mike es reflejo crudo de la realidad del México lopezportillense, la agria medicina es suavizada por el uso de arquetipos y personajes caricaturizados. Sasha Montenegro es una versión en carne y hueso de las exuberantes damas que aparecen en las portadas de los “pulp fiction”. Delia Magaña y “El Chicote” tienen actuaciones especiales, ecos débiles de una época más idealizada. Aparecen en escena yonquis neuróticos que distribuyen drogas en restaurantes chinos, una novia de gánsteres que permanece impávida ante redadas y tiroteos pero enloquece cuando se le arranca su peluca rubia y un narcotraficante que trata de escapar en una persecución automovilística pero que es detenido por un típico embotellamiento capitalino. El mundo de fantasía de Mike eventualmente es reivindicado cuando se encuentra con el jefe de los “Rojos” (Juan José Gurrola) en una agencia de publicidad donde ya se tienen “controlados” la televisión, el cine y la radio.

O’Hara protesta el hecho de que se permita que el “tocado” de Mike ande suelto por las calles, pero el comandante Ornelas (quien depende de pastillas para poder controlar su presión y su ira) le muestra su ventana y le pide que mire la ciudad. El mensaje es claro: solo alguien que esté completamente divorciado de la realidad puede ser un agente de la ley tan efectivo e intachable como Mike. El mundo actual es aún más cínico que el de Cervantes, pero el cinismo de Mike tiene una base ideológica que le permite ejercer el monopolio de la violencia contra los “indeseables” indicados. La narración final y la última mirada de Parodi lo resume todo: la respuesta a un sistema judicial corrupto e incompetente es la competencia fanática del fascismo. Con todo y risas, es una conclusión que de oscura no le pide nada al género que parodia.



DISPONIBILIDAD: Llámenme Mike está disponible para verse gratis y en streaming en FilmInLatino. Se puede comprar en DVD en el Péndulo  o en Amazon.

Más detalles: IMDB

martes, 3 de mayo de 2016

Bienvenida e Introducción

Bienvenidos a mi blog dedicado exclusivamente al cine. Encontraran reseñas de estrenos, críticas de películas predilectas, uno que otro análisis o editorial sobre un tema específico, listas de diversos temas y algunas divertidas (espero) “secciones especiales” donde veremos perfiles de artistas, selecciones de películas y datos curiosos. Estas secciones serán presentadas individualmente y una vez que haya hecho varias de ellas y en más de dos entregas cada una, me encargare de hacer una lista. Asimismo, para facilitar la navegación cada entrada del blog tendrá todas las etiquetas necesarias para que tanto navegadores casuales como fieles lectores puedan encontrar todos los artículos que les interesen.

Para los que no me conocen: soy Jorge Gamboa, originario de Sonoyta, Sonora, México. Tengo 28 años y soy escritor no publicado y director de miles de películas, series y caricaturas en mi cabeza. He participado en dos programas de radio de cine, han publicado un cuento gótico mio a través del Instituto Sinaloense de Cultura y fui finalista en el III Curso de Crítica Cinematográfica (2016) convocado por IMCINE, la Cineteca Nacional, Corre Camara y FilmInLatino. Los que me conocen saben que mi amor por el cine es inagotable. Soy cinéfilo por herencia genética y por crianza. Mis críticos predilectos: Roger Ebert, Keith Phipps, Scott Tobias, Drew McWeeny y Samuel Wilson.

Tengo muchos intereses fuera del cine: la historia, la literatura y la música principalmente y estos me ayudan a alimentar y nutrir mi aparato crítico cinematográfico. Conocer la historia de las cinematografías de países en específico (y del mundo en general) y tener la curiosidad para investigar a fondo antes de escribir sobre cualquier tema son fundamentales para cualquier crítico naciente.

Les advierto una cosa: casi no discrimino. Veo lo mismo a Kurosawa que a René Cardona y los disfrutó a los dos. En este blog verán mencionadas películas de todas las décadas, todos los géneros y todos los años. Soy mas tolerante y admirador de las películas de géneros populares-populistas que de mucho del llamado “cine de arte”, porque prefiero el poder de una imaginación hiperactiva (con todo y posibles deslices) que de los usualmente letárgicos y herméticos filmes donde se contempla la inmortalidad del cangrejo descuidando el toque humano o el arte de contar historias.

Lo que me conecta a una película totalmente son los matrimonios acertados: que la narración y el tema vayan de la mano; que el director esté al servicio de la historia y de todos los que le ayudan a darle vida (actores y técnicos); que exista alguna visión particular del mundo (real y/o ficticio) y que aunque sea una historia o un género que ya se ha empleado con anterioridad que se note que las resoluciones y planteamientos tengan giros frescos. En resumen y para ponernos muy literatos (no niego la cruz de mi parroquia) siempre estoy al pendiente de una buena ejecución de lo estético (“Como se cuenta la historia”) y lo ético (“Lo que cuenta la historia”).

Mis pasiones principales: el cine mexicano (especialmente de 1930 a 1970, aunque trabajo en actualizarme), el cine estadounidense, el cine inglés y las películas de géneros de Italia, Francia, Japón y Hong Kong. Los amantes de westerns, películas históricas, cine de gánsteres, thrillers, comedias, cómics y cintas de acción tienen un espacio de interés en este blog.


NOTA SOBRE LAS CALIFICACIONES


En mis reseñas, uso un sistema de calificación decimal. Aunque en ocasiones reniego de la necesidad de poner calificación a las cintas, tienen un valor esencial: fuerzan al crítico a comprometerse con lo que escribe. Como una especie de compromiso he decidido que mis reseñas de estrenos tendrán calificación, mientras que las críticas de películas pasadas no.

En todas mis criticas, incluyo un resumen de una oración de lo que se va a leer (al estilo de los periódicos y revistas estadounidenses y británicos, tanto impresos como digitales) y, al final, incluyó la disponibilidad de la película (si se encuentra en internet, en que páginas; y en donde se pueden comprar y a que precios). Esto es de lo más importante para mí: escribir sobre una película es sola la primera mitad del trabajo. El éxito radica en que el lector tenga la expectativa maravillosa de buscar la película en cuestión y juzgar (y disfrutar, espero) por si mismo.

Divido mis calificaciones en cuatro bloques valorativos: Satisfactoria, defectuosa, fracaso y mala. También, cuando pienso que una película se encuentra entre dos calificaciones, no dudo en emplear los puntos decimales necesarios (9.5, 8.5, etc.)

1.      1. Satisfactoria. En el primer bloque y para aclarar los valores que yo le pongo a cada numero: un 10 no constituye que una película sea 100% perfecta (no hay tal cosa, aunque pienso en una docena que para mi son cercanas a serlo), sino que considero que ha logrado con éxito sus planteamientos y sus intenciones (y, en las películas de género, que es un ejemplo excelente y bien logrado dentro del género en que se enmarca) y/o además me ha movido de una manera profunda, ya sea entreteniéndome como loco, despertando partes de mi cerebro que usualmente están dormidas o ilustrándome con cosas que antes de ver la película se me hacían abstractas. Un 9 es para las películas que disfruté, pero que en mi opinión no alcanzaron la totalidad de la meta o no terminaron por consolidar su efectividad. Un 8 es para las películas que o resultaron satisfactorias pero nada especiales o que tienen sus defectos pero tienen elementos recomendables y satisfactorias.
2.      2. Defectuosa. El 7 y el 6 son para películas que de plano considero mediocres o defectuosas, especialmente en sus historias y en su ejecución. Una película con 7 es una cinta con algunos méritos, pero que al final de cuentas resulta insatisfactoria. Un 6 es una película con una o dos tres cosas recomendables pero nada más.
3.      3. Fracaso. El 5 es una calificación especial, tan especial como un 10. No cualquier merece un 5. El 5 es para dos tipos de películas: películas ambiciosas, con una visión particular y con grandes despliegues meritorios que para mi resultan fracasos estrepitosos por su realización; o, bien, las películas “tan malas que son buenas”, comedias involuntarias realizadas por directores que pensaban que estaban haciendo una mejor película que con la terminaron (aquí es el lugar digno para la obra maestra de Ed Wood, Plan 9 del espacio exterior, o The Room, de Tommy Wiseau).
4.      4. Mala. Del 4 a 1 están reservadas para películas que casi no verán en este blog: las cintas verdaderamente malas. El 4, 3, 2 y el 1 son simples gradaciones para distinguir entre diferentes niveles bajos de calidad. El 4 usualmente lo reservó para películas que se me hacen insultantes para el espectador, y esto incluye a algunas vacas sagradas del cine mundial. Del 3 para abajo: Mala factura, malas historias, ética nula, vergüenzas para el género en que se enmarcan, etc.  Casi no me gusta perder el tiempo escribiendo cosas negativas, pero quizás habrá ocasión de recordar algún ejemplo catastrófico como una especie de contra-ejemplo (lo que no se debe hacer).


MI COMPROMISO CON EL LECTOR

En palabras del crítico argentino "Quintín": Todo crítico tiene un compromiso ético con el público que lo lee. Yo, como crítico, al escribir una reseña tácitamente estoy explicando mi interpretación y mi apreciación subjetiva de un trabajo de arte. A muchos críticos se les olvida que el cine como expresión artística que es (sea una película de estudio o independiente) puede tener una recepción diferente entre individuos. Porque cuando vemos una película no solo procesamos la calidad actoral o el desarrollo de la trama, sino también la relacionamos con otras películas que hemos visto (del mismo director, actor, género, corriente, estilo, año, fuente literaria, tema o trama), con las experiencias vivenciales con las que nos identificamos, las simpatías ideológicas-filosóficas, o los gustos o preferencias fílmicas (si nos gustan ciertos actores, ciertas tramas, si nos encantan las películas de piratas sin importar lo demás, etcétera, etcétera.) Así que de una vez me comprometo a compartirles mi gusto y entusiasmo pero sin ser condescendiente. No tratar al lector como un imbécil o denostarlo por sus gustos es la regla más fundamental de todas. También, estar a la altura de la película que se vio: criticar la película como es y no como la que debería ser (“Yo lo hubiera hecho así…”, “Le falto esto…”). Escribir y redactar con claridad también es esencial. Detesto la escritura barroca: a veces el adjetivo preciso y una frase corta pero contundente dice más que mil palabras rebuscadas. La escritura es comunicación, no alquimia o esoterismo para los iniciados.

Para una mejor explicación (mas hilarante, con ejemplos y que deberían de labrarlo en monumentos a lo largo y ancho del mundo)



¿PORQUE HAGO ESTO?


Por amor el arte. Porque me entusiasma el cine. Y más importante: por difusión. Hay miles y miles de películas que están disponibles para ser descubiertas por el mundo entero y que no reciben promoción. Se ha creado un canon muy exclusivista en el mundo occidental y este canon ciega a muchos espectadores en potencia. El mundo del arte (cine, literatura, música, etc.) es un mundo que debe de explorarse y con muchos tesoros a descubrirse. Esta es la intención de este blog y por eso lo bauticé como “Cine Fronteras”: sin fronteras de países, de años, de décadas, estilos, directores o géneros. Espero que este blog sirva como una guía maravillosa para esta Pangea cinematográfica.


Gracias por acompañarme. Espero que sea el comienzo de una hermosa amistad.