jueves, 5 de mayo de 2016

Llámenme Mike: El Quijote Triunfante

A manera de inauguración del blog, les comparto la crítica que me consiguió un puesto entre los diez finalistas del III Curso de Crítica Cinematográfica (2016) convocado por IMCINE, la Cineteca Nacional, Corre Cámara y FilmInLatino. Teníamos que escoger una película entre una selección curada por FilmInLatino y elaborar una crítica. Con lecturas de Dashiell Hammett y Raymond Chandler frescas en mi cabeza (el seudónimo que escogí fue Terry Lennox, uno de los protagonistas de El largo adios de Chandler), me aventuré a rendirle homenaje a una de mis películas mexicanas favoritas (protagonizada por Alejandro Parodi, uno de los grandes regalos de Sonora para el mundo) y descubrir la relación entre la tradición novelesca de los detectives hardboiled y esta delirante historia sobre un judicial quijotesco. Espero que disfruten la reseña y, mejor aún, la película. (Advertencia: algunos spoilers ligeros).  





En México, país donde las instituciones legales y corporaciones policiacas no cumplen con sus propósitos y en ocasiones empeoran la situación de los ciudadanos a los que deben de salvaguardar, el género policiaco no se manifiesta de la misma forma como lo hace en países con sistemas judiciales mas efectivos. Un héroe policiaco mexicano que cumple con el “debido proceso” y es un honesto servidor público solo es verosímil para la mayoría si es presentado de manera estrafalaria o como farsa. Como ejemplo de “lo estrafalario” contamos con las películas de acción de los ochenta. En cuanto a la farsa, tenemos a Llámenme Mike. Escrita por Reyes Bercini y Jorge Patiño y dirigida por Alfredo Gurrola (quién años después dirigiría las primeras dos adaptaciones fílmicas de las aventuras del detective privado mexicano Héctor Belascoarán Shayne), Llámenme Mike es una mordaz parodia de la novelas de detectives estadounidense y de la realidad socio-cultural del México de los setenta.

Miguel Contreras (Alejandro Parodi, cuyo apellido no podría ser mas fortuito) es un agente judicial gris y taciturno que pertenece a un grupo policiaco corrupto liderado por el capitán O’Hara (Victor Alcocer) y al que también pertenecen Domínguez (Carlos Cardán) y Villegas (Leonardo Trebole). Entre sus hazañas se encuentra la ejecución de un operativo contra traficantes de cocaína en donde roban dos kilos del producto. Solo reportan algunos gramos empaquetados a su perpetuamente iracundo superior, el comandante Ornelas (José Najera), quien furiosamente amenaza con dar de baja a todo el equipo si no se reporta la cocaína restante y al responsable de haberla hurtado. O’Hara decide “pasarle la cuenta” a Miguel (quien se toma esta frase de manera literal, algo muy de acorde con su personalidad) por todos los favores que le ha hecho, y este es escogido como el chivo expiatorio. O’Hara le asegura que solo tendrá que purgar algunos meses en la cárcel y que al salir será reincorporado en las filas de la ley. Miguel acepta los argumentos de su superior y empaca algunos libros de su nada despreciable colección de novelas “hardboiled”, específicamente las obras de Mickey Spillane y su protagonista, el hiper-duro detective privado Mike Hammer. Miguel va a la cárcel como si fuera un retiro monástico, pero sus vacaciones duran poco cuando es confrontado por un grupo de reos a los que él ayudó a arrestar y calentar. Después de abrirle la cabeza a golpes, el cerebro de Miguel es operado en una escena médica. Tras un acercamiento a su cerebro palpitante escuchamos una voz en off de tono rudo y determinado que despotrica contra la amenaza de los “Rojos” y sus intentos por destruir los valores de la Democracia Occidental. Miguel Contreras ya no existe. Llámenle Mike.

Como resultado de sus lecturas, Miguel corre la misma suerte que don Quijote, solo que su transformación se debe a la ruptura de sus sesos y no a su sequedad. Los caballeros andantes medievales son remplazados por los detectives privados, quienes cumplen la misma función que los caballeros de antaño, solo que ahora con gabardinas en vez de armaduras. Pero el héroe predilecto de Miguel no es Sam Spade o el operador Continental de Dashiell Hammett ni el Phillip Marlowe de Raymond Chandler. Si Marlowe era un “caballero de armadura oxidada”, Mike Hammer era Conan el Bárbaro pero más salvaje. Marlowe y los detectives de Hammett dependían más en astucia, improvisación e ingenio para resolver sus casos; Hammer era partidario de su cuarenta y cinco y de sus puños. Era común que le propinara un puñetazo en el estomago o golpes en los testículos a algún sospechoso o matón y que este terminara vomitando y retorciéndose en el suelo. Y mientras que en la novela negra tradicional inaugurada por Hammett y Chandler el declive moral es síntoma de la degradación que pulula debajo de la sociedad en la que se desenvuelve Hammer se debe a la decadencia intrínseca de ciertos grupos sociales indeseables: criminales cuya criminalidad se debe a su maldad inherente, no necesariamente a circunstancias socioeconómicas; homosexuales que usualmente también son travestis ya que los matices y diferenciaciones no existen para la perspectiva heterosexual extrema de Hammer; y, naturalmente, los “rojos”, a los que Hammer siempre mira con desdén.



Al despertar de su coma, “Mike” huye del asilo psiquiátrico acompañado por Rene (Patiño), quien habla en términos de evangelista apocalíptico. Causan un incendio en donde mueren nueve pacientes y atropellan a un anciano con su ambulancia. Estas escenas dicen mucho: La violencia y la muerte son presencias constantes en este ambiente degradado (en una escena, los compañeros de Mike ignoran a un hombre que es asaltado y golpeado afuera del restaurante donde se encuentran)  y Mike y los judiciales “atropellan” tanto a civiles como a sospechosos en el “cumplimiento” de su deber. Pero la diferencia es que Mike es purificado por su fanatismo reaccionario. Honrado e incorruptible, no es un investigador privado sino un autoproclamado justiciero anónimo (homologo, entonces, de otra clase de anti-héroe, usualmente interpretado por Charles Bronson) y tal como don Quijote y sus molinos, su visión transforma a tiradores de poca monta en achichincles del comunismo. Traduce conceptos y apodos en inglés y al presenciar a una cantante de mariachi en un tugurio se queja de la pérdida de los valores estadounidenses debido a la compenetración cultural de lo “latino”, uno de los comentarios satíricos más agudos de una película sobre un judicial mexicano poseído por el espíritu de un detective gringo McCarthysta.

De izquierda a derecha: Victor Alcocer, Sasha Montenegro, Alejandro Parodi yAlfredo Gurrola, en un rato agradable en el set.
Si el mundo de Mike es reflejo crudo de la realidad del México lopezportillense, la agria medicina es suavizada por el uso de arquetipos y personajes caricaturizados. Sasha Montenegro es una versión en carne y hueso de las exuberantes damas que aparecen en las portadas de los “pulp fiction”. Delia Magaña y “El Chicote” tienen actuaciones especiales, ecos débiles de una época más idealizada. Aparecen en escena yonquis neuróticos que distribuyen drogas en restaurantes chinos, una novia de gánsteres que permanece impávida ante redadas y tiroteos pero enloquece cuando se le arranca su peluca rubia y un narcotraficante que trata de escapar en una persecución automovilística pero que es detenido por un típico embotellamiento capitalino. El mundo de fantasía de Mike eventualmente es reivindicado cuando se encuentra con el jefe de los “Rojos” (Juan José Gurrola) en una agencia de publicidad donde ya se tienen “controlados” la televisión, el cine y la radio.

O’Hara protesta el hecho de que se permita que el “tocado” de Mike ande suelto por las calles, pero el comandante Ornelas (quien depende de pastillas para poder controlar su presión y su ira) le muestra su ventana y le pide que mire la ciudad. El mensaje es claro: solo alguien que esté completamente divorciado de la realidad puede ser un agente de la ley tan efectivo e intachable como Mike. El mundo actual es aún más cínico que el de Cervantes, pero el cinismo de Mike tiene una base ideológica que le permite ejercer el monopolio de la violencia contra los “indeseables” indicados. La narración final y la última mirada de Parodi lo resume todo: la respuesta a un sistema judicial corrupto e incompetente es la competencia fanática del fascismo. Con todo y risas, es una conclusión que de oscura no le pide nada al género que parodia.



DISPONIBILIDAD: Llámenme Mike está disponible para verse gratis y en streaming en FilmInLatino. Se puede comprar en DVD en el Péndulo  o en Amazon.

Más detalles: IMDB

martes, 3 de mayo de 2016

Bienvenida e Introducción

Bienvenidos a mi blog dedicado exclusivamente al cine. Encontraran reseñas de estrenos, críticas de películas predilectas, uno que otro análisis o editorial sobre un tema específico, listas de diversos temas y algunas divertidas (espero) “secciones especiales” donde veremos perfiles de artistas, selecciones de películas y datos curiosos. Estas secciones serán presentadas individualmente y una vez que haya hecho varias de ellas y en más de dos entregas cada una, me encargare de hacer una lista. Asimismo, para facilitar la navegación cada entrada del blog tendrá todas las etiquetas necesarias para que tanto navegadores casuales como fieles lectores puedan encontrar todos los artículos que les interesen.

Para los que no me conocen: soy Jorge Gamboa, originario de Sonoyta, Sonora, México. Tengo 28 años y soy escritor no publicado y director de miles de películas, series y caricaturas en mi cabeza. He participado en dos programas de radio de cine, han publicado un cuento gótico mio a través del Instituto Sinaloense de Cultura y fui finalista en el III Curso de Crítica Cinematográfica (2016) convocado por IMCINE, la Cineteca Nacional, Corre Camara y FilmInLatino. Los que me conocen saben que mi amor por el cine es inagotable. Soy cinéfilo por herencia genética y por crianza. Mis críticos predilectos: Roger Ebert, Keith Phipps, Scott Tobias, Drew McWeeny y Samuel Wilson.

Tengo muchos intereses fuera del cine: la historia, la literatura y la música principalmente y estos me ayudan a alimentar y nutrir mi aparato crítico cinematográfico. Conocer la historia de las cinematografías de países en específico (y del mundo en general) y tener la curiosidad para investigar a fondo antes de escribir sobre cualquier tema son fundamentales para cualquier crítico naciente.

Les advierto una cosa: casi no discrimino. Veo lo mismo a Kurosawa que a René Cardona y los disfrutó a los dos. En este blog verán mencionadas películas de todas las décadas, todos los géneros y todos los años. Soy mas tolerante y admirador de las películas de géneros populares-populistas que de mucho del llamado “cine de arte”, porque prefiero el poder de una imaginación hiperactiva (con todo y posibles deslices) que de los usualmente letárgicos y herméticos filmes donde se contempla la inmortalidad del cangrejo descuidando el toque humano o el arte de contar historias.

Lo que me conecta a una película totalmente son los matrimonios acertados: que la narración y el tema vayan de la mano; que el director esté al servicio de la historia y de todos los que le ayudan a darle vida (actores y técnicos); que exista alguna visión particular del mundo (real y/o ficticio) y que aunque sea una historia o un género que ya se ha empleado con anterioridad que se note que las resoluciones y planteamientos tengan giros frescos. En resumen y para ponernos muy literatos (no niego la cruz de mi parroquia) siempre estoy al pendiente de una buena ejecución de lo estético (“Como se cuenta la historia”) y lo ético (“Lo que cuenta la historia”).

Mis pasiones principales: el cine mexicano (especialmente de 1930 a 1970, aunque trabajo en actualizarme), el cine estadounidense, el cine inglés y las películas de géneros de Italia, Francia, Japón y Hong Kong. Los amantes de westerns, películas históricas, cine de gánsteres, thrillers, comedias, cómics y cintas de acción tienen un espacio de interés en este blog.


NOTA SOBRE LAS CALIFICACIONES


En mis reseñas, uso un sistema de calificación decimal. Aunque en ocasiones reniego de la necesidad de poner calificación a las cintas, tienen un valor esencial: fuerzan al crítico a comprometerse con lo que escribe. Como una especie de compromiso he decidido que mis reseñas de estrenos tendrán calificación, mientras que las críticas de películas pasadas no.

En todas mis criticas, incluyo un resumen de una oración de lo que se va a leer (al estilo de los periódicos y revistas estadounidenses y británicos, tanto impresos como digitales) y, al final, incluyó la disponibilidad de la película (si se encuentra en internet, en que páginas; y en donde se pueden comprar y a que precios). Esto es de lo más importante para mí: escribir sobre una película es sola la primera mitad del trabajo. El éxito radica en que el lector tenga la expectativa maravillosa de buscar la película en cuestión y juzgar (y disfrutar, espero) por si mismo.

Divido mis calificaciones en cuatro bloques valorativos: Satisfactoria, defectuosa, fracaso y mala. También, cuando pienso que una película se encuentra entre dos calificaciones, no dudo en emplear los puntos decimales necesarios (9.5, 8.5, etc.)

1.      1. Satisfactoria. En el primer bloque y para aclarar los valores que yo le pongo a cada numero: un 10 no constituye que una película sea 100% perfecta (no hay tal cosa, aunque pienso en una docena que para mi son cercanas a serlo), sino que considero que ha logrado con éxito sus planteamientos y sus intenciones (y, en las películas de género, que es un ejemplo excelente y bien logrado dentro del género en que se enmarca) y/o además me ha movido de una manera profunda, ya sea entreteniéndome como loco, despertando partes de mi cerebro que usualmente están dormidas o ilustrándome con cosas que antes de ver la película se me hacían abstractas. Un 9 es para las películas que disfruté, pero que en mi opinión no alcanzaron la totalidad de la meta o no terminaron por consolidar su efectividad. Un 8 es para las películas que o resultaron satisfactorias pero nada especiales o que tienen sus defectos pero tienen elementos recomendables y satisfactorias.
2.      2. Defectuosa. El 7 y el 6 son para películas que de plano considero mediocres o defectuosas, especialmente en sus historias y en su ejecución. Una película con 7 es una cinta con algunos méritos, pero que al final de cuentas resulta insatisfactoria. Un 6 es una película con una o dos tres cosas recomendables pero nada más.
3.      3. Fracaso. El 5 es una calificación especial, tan especial como un 10. No cualquier merece un 5. El 5 es para dos tipos de películas: películas ambiciosas, con una visión particular y con grandes despliegues meritorios que para mi resultan fracasos estrepitosos por su realización; o, bien, las películas “tan malas que son buenas”, comedias involuntarias realizadas por directores que pensaban que estaban haciendo una mejor película que con la terminaron (aquí es el lugar digno para la obra maestra de Ed Wood, Plan 9 del espacio exterior, o The Room, de Tommy Wiseau).
4.      4. Mala. Del 4 a 1 están reservadas para películas que casi no verán en este blog: las cintas verdaderamente malas. El 4, 3, 2 y el 1 son simples gradaciones para distinguir entre diferentes niveles bajos de calidad. El 4 usualmente lo reservó para películas que se me hacen insultantes para el espectador, y esto incluye a algunas vacas sagradas del cine mundial. Del 3 para abajo: Mala factura, malas historias, ética nula, vergüenzas para el género en que se enmarcan, etc.  Casi no me gusta perder el tiempo escribiendo cosas negativas, pero quizás habrá ocasión de recordar algún ejemplo catastrófico como una especie de contra-ejemplo (lo que no se debe hacer).


MI COMPROMISO CON EL LECTOR

En palabras del crítico argentino "Quintín": Todo crítico tiene un compromiso ético con el público que lo lee. Yo, como crítico, al escribir una reseña tácitamente estoy explicando mi interpretación y mi apreciación subjetiva de un trabajo de arte. A muchos críticos se les olvida que el cine como expresión artística que es (sea una película de estudio o independiente) puede tener una recepción diferente entre individuos. Porque cuando vemos una película no solo procesamos la calidad actoral o el desarrollo de la trama, sino también la relacionamos con otras películas que hemos visto (del mismo director, actor, género, corriente, estilo, año, fuente literaria, tema o trama), con las experiencias vivenciales con las que nos identificamos, las simpatías ideológicas-filosóficas, o los gustos o preferencias fílmicas (si nos gustan ciertos actores, ciertas tramas, si nos encantan las películas de piratas sin importar lo demás, etcétera, etcétera.) Así que de una vez me comprometo a compartirles mi gusto y entusiasmo pero sin ser condescendiente. No tratar al lector como un imbécil o denostarlo por sus gustos es la regla más fundamental de todas. También, estar a la altura de la película que se vio: criticar la película como es y no como la que debería ser (“Yo lo hubiera hecho así…”, “Le falto esto…”). Escribir y redactar con claridad también es esencial. Detesto la escritura barroca: a veces el adjetivo preciso y una frase corta pero contundente dice más que mil palabras rebuscadas. La escritura es comunicación, no alquimia o esoterismo para los iniciados.

Para una mejor explicación (mas hilarante, con ejemplos y que deberían de labrarlo en monumentos a lo largo y ancho del mundo)



¿PORQUE HAGO ESTO?


Por amor el arte. Porque me entusiasma el cine. Y más importante: por difusión. Hay miles y miles de películas que están disponibles para ser descubiertas por el mundo entero y que no reciben promoción. Se ha creado un canon muy exclusivista en el mundo occidental y este canon ciega a muchos espectadores en potencia. El mundo del arte (cine, literatura, música, etc.) es un mundo que debe de explorarse y con muchos tesoros a descubrirse. Esta es la intención de este blog y por eso lo bauticé como “Cine Fronteras”: sin fronteras de países, de años, de décadas, estilos, directores o géneros. Espero que este blog sirva como una guía maravillosa para esta Pangea cinematográfica.


Gracias por acompañarme. Espero que sea el comienzo de una hermosa amistad.