martes, 30 de mayo de 2017

Tres películas de 2016 para ver en Netflix (1)


Tres excelentes películas estrenadas en 2016 para ver en Netflix. Las tres películas son de 10.

1. La delgada línea amarilla (2016). Película debut de Celso R. García, La delgada línea amarilla es una maravillosa película mexicana que demuestra que hay muchas historias que contar sobre las personas trabajadoras del país. Es la historia de don Antonio (Demian Alcazar), un ex-jefe de obras de carreteras que durante los últimos 20 años ha fungido como velador de un lote de chatarra. Cuando sus jefes lo reemplazan con un perro, don Antonio una vez más se encuentra en la deriva, hasta que se reencuentra con un ingeniero (Fernando Becerril) con el que había trabajado décadas atrás. El ingeniero lo contrata como capataz para pintar las líneas en más de 200 kilómetros de carretera, junto con un equipo disparatado conformado por el trailero Gabriel(Joaquín Cosío); Atayde, un ex trabajador de circo (Silverio Palacios); Mario, un ex convicto (Gustavo Sánchez Parra); y Pablo, un silencioso muchacho de actitud serena (Américo Hollander). Cada miembro del grupo tiene sus propias metas de vida y personalidades perfectamente delineadas. Los 90 minutos que duran la película se esfuman sin problema, debido a que los parlamentos son chispeantes y tan vivos como las mejores conversaciones de la vida real, así como por la serie de complicaciones e incidentes a los que se tienen que enfrentar los personajes. La relación entre los cinco hombres es sumamente conmovedora y hay momentos de gran poesía humana. Es una película que se puede disfrutar en familia y una de las mejores muestras recientes de como hacer un drama mexicano de gran calidad en cuanto a dirección, guionismo, actuación y humanismo. (95 minutos, recomendado para 12 años en adelante)


2. Hasta el último hombre (Hacksaw Ridge, 2016). El triunfal regreso de Mel Gibson en la silla del director después de diez años, Hasta el último hombre es la historia verdadera de Desmond Doss, un devoto adventista que enlistó como médico de combate durante la Segunda Guerra Mundial, rehusándose a entrenar en el manejo de las armas. Sus creencias no-violentas y su pacifismo devoto le ganaron la enemistad de sus camaradas y superiores, quien veían en el no solo a un cobarde, sino un punto débil al momento de defender a sus camaradas durante las batallas. Pero Doss demostró una valentía sobrehumana al salvarle la vida a más de 70 de sus camaradas (y algunos de sus enemigos) durante una feroz batalla en un acantilado cerca de Okinawa. Moviéndose entre los gentiles parajes de Virginia Occidental y la apocalíptica zona de guerra, la película retrata el poder que la violencia ejerce en el mundo, sea en la familia o entre los gobiernos, y como un solo individuo puede ejercer un cambio positivo a través de sus convicciones. Apoyado por un reparto sólido que incluye a Hugo Weaving, Teresa Palmer, Vince Vaughn, Sam Worthington y Rachel Griffiths, Andrew Garfield demostró ser uno de los mejores actores de su generación con está película y Silence. Y Gibson demuestra una vez más que es uno de los mejores directores activos, con su dominio del ritmo, encuadres y coreografías, y que nadie le supera en lo que se refiera a filmar historias sobre héroes cristianos en situaciones ultra-violentas.(139 minutos, Recomendado para 18 años en adelante)



3. The Witness. Impactante documental sobre uno de los asesinatos más infames de Estados Unidos. El brutal apuñalamiento de Kitty Genovese en Nueva York se volvió un caso conocido y estudiado en las universidades debido a que duró más de media hora en efectuarse (el agresor se detuvo por un momento, pensando que iba a ser delatado, pero volvió al percatarse de la falta de acción de vecinos y policías) y que tuvo lugar en medio de una calle habitada por docenas de personas, volviéndose un símbolo de la apatía citadina en general y neoyorkina en particular. Casi cincuenta años después, Bill Genovese comienza una investigación personal para confirmar (o destruir) la serie de mitos que se forjaron sobre esa noche, así como entablar una búsqueda para saber más sobre su querida hermana mayor, de quien aun desconoce muchas cosas sobre su vida. El documental contiene escenas de revelaciones y testimonios impactantes y una variedad de recursos diferentes (ilustraciones narradas, por ejemplo). Pero al final lo que cuenta es la imagen que aparece de Kitty, una mujer con una vida interesante pero enteramente opacada por sus trágicos últimos momentos, y un retrato sobre la obsesión y el dolor acarreados por Bill. La última media hora contiene momentos estremecedores que sacudieron mis emociones. (89 minutos, Recomendado para 15 años en adelante)






jueves, 4 de mayo de 2017

NETFLIX; "The Childhood of A Leader" ("La niñez de un líder", Brady Corbet, 2016)



Una de las películas más impactantes del año pasado (y una de las que más se ha incrustado en mi mente) se encuentra disponible en Netflix. "La niñez de un líder" ("The Childhood of A Leader") hizo sus rondas en algunos festivales de cine y pasó desapercibida en los cines antes de entrar a la colección de Netflix, donde merece ser descubierta y vista. Categorizada como una película de terror, pertenece más bien a un estilo de película dramática donde la música (trompetas y violines que chillan, rugen como engranes, que parecen anunciar perdición y muerte) y la fotografía (voyeurística, inquietamente nerviosa, a veces al borde del vértigo) son los elementos que le dan la sensación de pavor e inquietud. "Taxi Driver" y "There Will Be Blood" pertenecen a esta tradición, y "La niñez de un líder" es una digna adición a este corpus.

"La niñez de un líder" está dividida en cuatro actos y relata la infancia de un futuro dictador autoritario/fascista que ha de surgir después de la Primera Guerra Mundial. No es Hitler, Mussolini, Franco o Stalin, pero al mismo tiempo es todos ellos. Se trata de Prescott (Tom Sweet) un pequeño de largos cabellos y actitud silenciosa, hijo de un diplomático estadounidense (Liam Cunningham, con acento americano) y la hija de un misionero alemán (Bérénice Bejo, muy diferente a su papel encantador en "El artista"). Los padres sin nombre son una pareja respetable, pero algo anda mal. Él es el Padre Terrible, la figura distante y adusta, que tiene un trato más calido con su amigo periodista, Charles Marker (Robert Pattinson, amable y misterioso) que con su pequeño, a quien trata de la manera tradicional: poco, y esperando respetando en vez de amor. La madre es una mjuer devota que tiene una relación más estrecha con su hijo, pero deseos y planes reprimidios afectan su actitud. Han llegado a un pueblo francés que parece no haber sido afectado por la guerra y viven en una gigantesca casa. El padre es parte del cuerpo diplomático estadounidense que participa de manera activa en la creación de los Tratados de Versalles que han de crear un nuevo orden europeo y, según los deseos redentores de los estadounidenses, un "mundo mejor". Pero esta trama y esta ambientación que evocan elegancia y dignidad son el envoltorio de una herida que amenaza con ser gangrena. Hay algo de malsano en el niño, en los padres y en este siglo.

La película inicia con un tema principal escalofríante que acompaña imagenes de la Primera Guerra: soldados en marcha o atrincherados, bombardeos, mujeres y niños desolados, llorando. La historia de Prescott esta enmarcada dentro de este mundo caótico, donde el cadaver del siglo XIX da luz a un siglo XX cuyos estragos serán mayores. A diferencia de los dictadores que surgirán de este periodo, Prescott es un niño y además, como estadounidense e hijo de un hombre "de bien", está mas alejado de la situación de los europeos. Pero aún así desarrolla habilidades de manipulación temibles, y su inteligencia y sadismo latente se ponen de manifiesto en tres de los cuatro actos de la película, titulos, por ejemplo "El primer berrinche". Sus berrinches no distan mucho de los de un niño travieso común y corriente, pero dentro de su contexto familiar y social, son semillas para un futuro reino de terror. Su manipulación se extiende hacia dos de sus ayas: la ama de llaves que lo adora y alcahuetea (Yolanda Moreau) y de la hermosa joven que funge como su tutora de francés (Stacy Martin, una bella revelación). Estos dos personajes quieren al precioso niño y buscan lo mejor para él, pero terminan siendo fichas en un juego de poder entre el niño y sus padres.

"La niñez de un líder" es una película que esconde más de lo que muestra, pero entre más se piensa sobre sus posibles significados, más desoladora se percibe. Hermosamente fotografiada por Lol Crawley y musicalizada por Scott Walker (sus composiciones son la base que sostiene a toda la película), es increíble pensar que es el debut de Brady Corbet, un actor estadounidense que ha trabajado más en Europa que en su país natal. Parece la película de un veterano, y más que película parece una novela en donde la ambiguedad entre líneas reina de manera suprema. Detallitos insignificantes adquieren matices ambiguos; las acciones y declaraciones de los personajes parecen tener doble sentido o una intención traicionera; el intento por brindar estabilidad mundial se concentra en formar fronteras nacionales que terminarán siendo arbitrarias. El mundo adulto resultara un fracaso y, en un momento cumbre, el antes devoto Prescott salta sobre una silla y grita varias veces "¡Ya no creo en la oración!"

El final es la consecuencia de este mundo y de esa casa. Ciertas imagenes aparecen en una escena de sueño de Prescott, como visiones del futuro. Pero la realidad supera hasta las pesadillas. No conocemos que le sucede a Prescott en los años posteriores a los de las viñetas presentadas en la película, pero su historia, al final de cuentas, puede ser llenada con los datos biográficos de muchos de los tiranos más crueles del siglo XX. Aunque filmada en 2015, ni el mismo Corbet pudo predecir que la película adquiría dimensiones adicionales perturbadoras. Hay nuevos Prescotts en la política internacional en pleno siglo XXI. La película nos advierte: esto comienza en su propia casa y en su propia familia. Y eso, más que cualquier asesino, fantasma o demonio, es causa de terror puro. 10/10.