El totalitarismo por naturaleza se presta a la comedia del
absurdo. En un sistema autocrático, la realidad se ajusta a la voluntad del
dictador y su régimen, por lo que la alteración de la historia, los protocolos
represores, la construcción de una sociedad de delatores y la tensión diaria y
constante de cometer alguna falta, por pequeña y absurda que parezca, que le
cueste la vida o la libertad al "infractor" son elementos que han
sido explorados y explotados por escritores y comediantes desde la antigüedad
hasta nuestros días. El régimen soviético bajo Stalin es, quizás, el más
efectivo y característico de este tipo de sistema autocrático, sembrador de
paranoia y manipulador de realidades. Armando Ianucci, el brillante libretista
de la comedia política actual, gracias a las series The Thick of It and Veep,
y la película In the Loop, recrea las convulsiones políticas que
acontecieron tras la muerte del Hombre de Hierro en su brillante
película La muerte de Stalin, una de las mejores comedias de la década.
Es 1953 y gracias al siniestro jefe de la policía secreta,
Lavrenti Beria (Simon Russell Beale) y a una atmosfera de paranoia constante,
Stalin (Adrian McLoughin) domina las vidas y voluntades de toda la Unión
Soviética. Los principales miembros de la junta directiva del partido (o
Politburó) en ese momento son Beria, el secretario del partido comunista Nikita
Khrushchev (Steve Buscemi), el asistente
director del comité Georgy Malenkov (Jeffrey Tambor) y el secretario de
relaciones extranjeras Vyacheslav Molotov (Michael Palin). Estos hombres
mantienen una relación de servilismo hacia el dictador, quien, por sus
pistolas, los reúne en juntas a altas horas de la madrugada en su dacha (casa de campo) y prácticamente
les ordena a que se queden a ver una película de vaqueros, aun cuando estén cabeceándose
y el mismo Stalin este trabajando en su oficina. Khrushchev , como ritual de
todas las noches, le cuenta a su esposa cuales fueron los mejores chistes que
divirtieron a Stalin, para saber que decir o que omitir en próximas reuniones.
Stalin sufre una hemorragia cerebral tras leer una nota de
la pianista Maria Yudina (Olga Kurylenko), quien lo condena por sus crímenes y
traición a Rusia. El Politburó, a través de una acrobacia mental impresionante,
dilata en atender medicamente a su líder, esperando su próxima muerte. El hecho
de que los mejores doctores de Rusia actualmente se encuentren en los gulags
debido a un supuesto complot por parte de la comunidad médica facilita las
cosas. Ni tardos ni perezosos, los líderes rusos comienzan sus maquinaciones
politicas. Beria cancela la última lista de la purga estalinista y establece
nuevas reformas, para furia del auténtico "reformador", Khrushchev ,
quien ahora debe convencer a sus compañeros del Politburó de apoyarlo a él para
destruir la influencia del sádico Beria. Malenkov, por su parte, asume la
presidencia del Politburo y se convierte en títere de Beria, ya que es un
hombre incompetente, vanidoso, neurótico y torpe en todos los aspectos, más
preocupado en conseguir la mejor ropa para los eventos y fotografías oficiales,
o en encontrar a una niña que apareció con Stalin durante un evento público
hace años para así demostrar "continuidad". Mientras tanto, los hijos
de Stalin, la devota y sobria Svetlana (Andrea Riseborough) y el paranoico,
tonto y alcohólico Vasily (Rupert Friend), son reconfortados o controlados por
los demás hombres. Y todo esto acontece antes de la llegada del mariscal Zhukov
(Jason Isaacs), el líder el Ejército Rojo durante la Segunda Guerra Mundial,
osado y lleno de confianza en sí mismo, y ansioso por pelear con quien sea.
Ianucci comprime una serie de eventos que acontecieron a lo
largo de unos meses, haciendo que la acción narrativa suceda en cuestión de
días. Esto no es solo una libertad dramática, pero un recurso que formaliza a La
muerte de Stalin como una comedia de errores, una farsa hilarante. Los políticos
soviéticos traman y maniobran con rapidez y agilidad, pero con mucha torpeza de
por medio. Ianucci es un maestro de la sátira política principalmente porque
desnuda los protocolos y los maquillajes institucionales para demostrar cómo el
mundo de la política es como cualquier otro ambiente de competencia laboral,
con seres humanos repletos de vicios y mezquindades, deseosos de alcanzar el
poder para salvaguardar intereses, sin importarles el destino de la ciudadanía.
Los diálogos de Ianucci son celebres porque son brutales, ásperos, concisos e
hilarantes. Sus personajes son artistas de la grosería, pues espetan frases
tajantes que son puntualizadas con creativos insultos o usos certeros de las
palabras altisonantes.
El mundo del autoritarismo soviético es un mundo
carnavalesco. Bajtín, víctima de Stalin, debió tener muy presente a Stalin y
compañía cuando formalizo sus teorías. Ianucci hace una representación perfecta
de esta sociedad terrorífica. No minimiza las ejecuciones en masa, ni los
arrestos colectivos, ni la alteración de la historia, ni la represión de la
libertad individual y colectiva: hay tintes de humor macabro en estos momentos,
pero estos son tratados con el debido respeto. Pero la violencia y la opresión
son parte del mundo bufonesco que se ha construido en esta sociedad. La muerte
de Stalin demuestra un brillante trabajo de transliteración: para empezar, los
actores (ingleses y estadounidenses) no adoptan acentos rusos, sino que
preservan sus acentos nativos (o, en el caso de Isaacs, adopta la variante
regional de Yorkshire para su personaje) y esto contribuye a la misma
construcción de sus personajes: el acento neoyorkino en Buscemi apoya su
caracterización de Khrushchev como un
astuto manipulador que sabe improvisar ante las circunstancias, y ese mismo
acento le da a Tambor su característica personalidad de neurótico intransigente,
de un hombre que quiere dominar, pero siempre se encuentra a punto de
desmoronarse. La transliteración de la película también acerca más al
espectador a los eventos de la película y a la psicología de los personajes:
sus diálogos, de carácter británico-americano contemporáneo, no solo son la
principal herramienta humorística, sino que posibilitan un mejor entendimiento del
momento histórico que muchas películas de época más "serias". La
muerte de Stalin es, entonces, reconstrucción de una época, sátira política
y parodia del drama histórico moderno.
La película es una joya de la comedia. Existen demasiados
ejemplos para mencionar, pero vale la pena señalar ciertos elementos específicos:
el elemento Pythonesco de la película es reforzado por la presencia del
maravilloso Michael Palin, como el veterano Molotov, quien ha adquirido una
cobardía pragmática frente a Stalin, al grado que sigue creyendo que su esposa
es una traidora al régimen, a pesar de las aclaraciones de Beria y Khrushchev ;
Palin también emite un monologo que es un brillante ejemplo del
"doblepensar" que Orwell señaló como marca esencial del totalitarismo
en muchas de sus obras, incluyendo 1984. Los artilugios de Buscemi como Khrushchev
incluyen truncos intentos de cambiar de
posición con Malenkov mientras velan a Stalin, pretendiendo que es parte de la
ceremonia, una buena representación del humor carnavalesco y desacralizado de
la película; otros secretarios del Politburó hacen piruetas similares y una
buena parte del humor es como las amenazas explícitas de asesinato en ocasiones
tratan de taparse como si fuesen sencillos reclamos entre
"camaradas".
La muerte de Stalin es la comedia más completa que he
visto de 2017, y de muchos años previos. El lado oscuro del mundo representado
en la cinta siempre está presente, y el final de la trama es un momento macabro
y aterrador que culmina en súplicas tremendas y ejecuciones sumarias. Pero aún
ese momento final es una extensión natural de la comedia del estalinismo que
Ianucci y sus actores han representado brillantemente. En los tiempos actuales
somos testigos diarios de un circo-carnaval con tintes autoritarios que lo
mismo ultraja que causa risa o incredulidad. La muerte de Stalin no es
entonces solo una comedia negra, sino un espejo hacia al pesado con chistes
contados entre balas y desapariciones.