Críticas y ensayos sobre cine, música, libros, televisión, cómics y todo el resto del universo creativo, sin fronteras de ningún tipo, sean estas nacionales, culturales, de formato, medio, estilo o gusto.
jueves, 16 de marzo de 2017
ESTRENO: "Manchester junto al mar" (Kenneth Lonergan, 2016)
Para todo aquel que, como yo, no solo gusta de ver el cine sino que trata de explicar porque cada película que ve logran una conexión, o no, o funciona como un texto, o no, hay películas que representan auténticos retos, no porque sean díficiles de comprender o por que las razones de su éxito o fracaso sean díficiles de dilucidar, sino porque la opinión de uno se encuentra en la minoría. Y se pueden leer reseñas y analísis bien fundamentadas que aboguen por la calidad de una película, pero donde estos críticos ven algo éxitoso uno ve un fracaso o, peor aún, una mediocridad.
Esto me pasa con relativa frecuencia y es perfectamente natural. Es la naturaleza del arte. En ocasiones, una obra puede tener todos los elementos generales que constituyen a algo como "bueno" (dirección, actuación, guionismo, edición, fotografía, música, etc.) y aún así no pasa de ser competente. Esto me pasó con "Manchester Junto Al Mar", multi-premiada película que es, según la opinión de críticos diversos, incluyendo varios que admiro, una de las mejores películas del año, o la mejor. Y simplemente no veo como puede existir tal consenso. Es una película con ideas a medio cocer, con una dirección que oscila entre lo competente y lo torpe, con actuaciones que en su mayoría son satisfactorias (o pasables), con lapsos en la edición que me dejaron algo desorientado, una fotografía competente y uno de los peores, más desorbitados usos de música clásica que he visto en una película.
Me siento culpable escribiendo estas palabras por lo siguiente: "Manchester junto al mar" es un relato de la vida cotidiana y cada aspecto de la producción está al servicio de contar esta historia que le puede suceder (Dios nos libre) a cualquiera. Es la historia de Lee (Casey Affleck), una cascara de hombre que después de sufrir una horrorosa tragedia se dedica a trabajar de mil usos en un edificio de departamento. Es un hombre muerto en vida, deprimido en perpetuidad, que sufre una culpa horrible, que evade cualquier trato social y cuya única manera de lidiar con la vida es a través del alcohol. Como él, existen miles o cientos de miles de personas. Su querido hermano muere de un infarto, y debe regresar a su ciudad natal (ciudad en la que no puede vivir, porque los recuerdos de la tragedia y de su vida pasada lo azotan constantemente) para servir de tutor para su sobrino adolescente. Acontecen los reencuentros con gente del pasado y el tío y el sobrino tratan de reforzar sus lazos, al tiempo que luchan por decidir que sigue después de la muerte de un ser querido y esencial para sus vidas.
Es el tipo de película que se debe de hacer con frecuencia y que tiene una clara afinidad por lo humano. Lamentablemente, "Manchester junto al mar", al relatar una historia conmovedora de la vida real es destruida por el peso de algunos recursos y se hunde por la debilidad de otros. No conocemos a los personajes. No es que sea necesario que cada uno se aviente un monologo sobre quien es, que quiere y que desea, pero en ningún momento se siente que estamos frente a personas de carne y hueso. Son personajes inescrutables. El hijo huérfano (Lucas Hedges) no muestra duelo por su padre (quien, en reiteradas ocasiones, se nos dice que era muy bueno, aunque hay poco en pantalla que corrobore lo que dicen los personajes) más que una escena horriblemente actuada y confusa. Se preocupa más por acostarse con sus dos novias y no es claro si eso es su manera de llevar el duelo, está en negación o simplemente no le importaba mucho su padre (fuera de lo que dice durante la escena ya mencionada). Uno de los temas principales de la película es como el humor aparece aún en los momentos más trágicos del ser humano, pero esto es manejado de una manera que uno no procesaeste aspecto, a manera que los toques de humor se pierden completamente en la tragedia (por ejemplo: una madre es puesta en una camilla para ambulancia, pero los paramedicos batallan mucho para desatorar la camilla...esto en medio de un incendio horrible). Como ese ejemplo hay muchos, como también hay escenas y tomas que no tienen razón de ser o sentido de existir. Matthew Broderick tiene una escena en la película y aunque se que también ha hecho papeles dramáticos su mera presencia me distrajo. Y aunque no soy de esas personas que se molestan por el uso de música triste en escenas tristes, la mejor escena de la película (la más central y desgarradora) es arruinada por el uso excesivo y gratuito de un adagio que obviamente está ahí para garantizar lágrimas, como si se desconfiase que la actuación de Affleck fuera insuficiente para esto. Aunado a esto, es una escena de flashback, y varias veces regresamos a ver a Affleck recordando este flashback varias veces, mientras voltea a la pared y su abogado lo mira fijamente sin decirle nada.
Lucas Hedges fue nominado a Mejor Actor de Reparto y no entiendo porque. He visto mejores muestras de angustia en películas de terror como en la serie de "Halloween", o cualquier otro slasher. Affleck ganó el Oscar a Mejor Actor y...su actuación es la mas satisfactoria, pero francamente hay poco de la película que lo apoye y aunque su personaje se supone que está emocionalmente muerto después de la tragedia, la verdad no se nota mucha diferencia en su actitud antes de ella. Michelle Williams fue nominada como Mejor Actriz...tampoco se porque. Con todo y que su papel es pequeño, su gran escena fue dolorosa de presenciar, pero porque se me hizo pésima. Fue increíblemente chocante ver su trabajo en esa escena, pues es muy buena en otras películas.
Vi esta película en el cine con 20 personas más. Al final, todo mundo se quedo callado, pero no se si su silencio era similar al mío: me quedé callado, porque termine sin sentir nada. Como la novela de Carmen Laforet del mismo nombre, hay una cierta exquisitez en su lenguaje, pero al final de cuentas uno siente que ha visto y sentido eso: nada.
Mi hermana me mandó un mensaje avisándome que me iba a recoger afuera del cine. Aunque calculé que le faltaban 10 minutos a la película decidí quedarme hasta el final. Ya había llegado muy lejos para renunciar. Se acabó como esperaba. A veces no quisiera tenerle tanto respeto al cine. 6/10.
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