domingo, 2 de abril de 2017

"John Wick: Chapter 2" (Chad Stahelski, 2017)





John Wick 2: Un nuevo día para matar (John Wick: Chapter 2) es una película situada en un mundo mítico, donde el sub-mundo criminal se asemeja más a las secretas cofradías que las teorías de conspiración afirman que dominan al mundo. Los criminales y sicarios que pertenecen a este universo tienen sus propias leyes, códigos, terminología, sub-culturas, gobierno, moneda y hasta red tecnológica (un maravilloso cruce de tecnología de posguerra--tubos neumáticos y operadoras telefónicas--y computadoras de los 70s). Este mundo es régido por una mesa presidida por los jefes de los grupos criminales internacionales más antiguos y temidos; un conjunto de hoteles bajo el nombre de "El Continental" sirve como territorio neutral (una Suiza en cada metrópolis) donde además de ofrecer asilo se otorgan servicios de sastería (donde se pueden forrar trajes con material anti-balas) y de "degustación" (donde la venta de armas es tratada con todo el refinamiento y buen gusto de una cataduría de vinos). Es un mundo elegante y sumamente sofisticado, donde todos usan trajes y zapatos de vestir, y los sicarios son una casta similar a los samurai, ronin y caballeros medievales. Es en este mundo donde John Wick (Keanu Reeves) es una leyenda viviente, el asesino más eficaz e imparable de todos. Un hombre que mató a tres hombres con un lápiz ("¡Un puto lápiz!") y al que se le llama "The Boogeyman" ("El hombre de la bolsa" o "el coco").

Wick tenía cinco años retirado de su vieja vida criminal, dispuesto a comenzar una nueva vida. Pero después de la muerte de su esposa a causa del cáncer su nueva vida comenzó a desmoronarse. El estúpido hijo de su antiguo jefe de la mafia rusa mató a su cachorro (el último regalo de su esposa) robó su auto, desencadenando un huracán de muerte y violencia. Al iniciar este segundo capítulo de su historia--cuatro días después del final de la primer película--, Wick se enfrenta a los matones de Avram Tarasov (Peter Stormare), hermano de su viejo jefe, con la intención de recuperar su auto robado. Después de una emocionante confrontación, el pragmático y callademente aterrado Avram hace las paces con Wick. Pero la pesadilla de Wick no termina, pues recibe la visita del jefe de la camorra napolitana Santino D'Antonio (Riccardo Scamarcio). Cuando Wick buscaba retirarse y casarse con su esposa, la condición de su viaje jefe fue la de completar una tarea "imposible". Gracias a D'Antonio, Wick pudo lograr su cometido, a cambio de hacer un pacto de sangre (la ensangrentada huella digital de Wick está dentro de un medallón de oro). D'Antonio quiere que Wick saldé su deuda con un último favor que Wick ruega por no tener que hacer. Pero no hay escapatoria, primero porque D'Antonio destruye la casa de Wick (se siente con el derecho, pues dice que la nueva vida de Wick le pertenece en parte) y segundo porque, como lo explica Winston (Ian McShane), amigo de Wick y gerente de "El Continental", los que se rehusan a cumplir sus deudas corren el riesgo de ser excomunicados de la sociedad criminal...y volverse presa fácil para multitudes de asesinos. Así que Wick debe dejar a su perro pitbull, ir a Roma y volver a lo de antes...pero las cosas solo empeoran.

Con un guión del creador Derek Kolstad y dirigida por Chad Stahelski, un ex-doble de stunt (Stahelski también había sido doble de Reeves) que además de saber coreografiar y filmar acción tiene un dominio del arte filmíco superior a la de muchos directores "especializados" en el género (la primer película la dirigió en conjunto con el también ex doble de stunt David Leitch, quien estrenará a la fascinante "Atomic Blonde" en el verano), la película goza de una fotografía al puro estilo de neo-noir futurista (haciendo dupla con una banda sonora de Rock, tecno y synth-wave de lujo), con un énfasis en colores azules y violetas, y con escenas de acción que se filmaban dentro de una sola toma, sin cámaras temblorosas y con una combinación de artes marciales y tiroteos que rara vez se han visto. Aunado a esto, Keanu Reeves logró dar una de sus mejores actuaciones, evocando tanto una personalidad "cool" como la furia y tristeza en la que está sumido el personaje, sin quitar de encima el hecho de que, a pesar de todo, Wick es una persona cordial y decente que busca la redención, pero cuyo don e instinto por la violencia lo traicionan. Su figura y su mundo son míticos, reflejado por los nombres de sus personajes (Caronte, Ares, Cassian, figuras de la mitología griega, romana y el santoral católico) y por la ausencia total de figuras del orden moderno establecido (las fuerzas de la ley brillan por su ausencia, y se agradece que no aparecen como rivales o enemigos forzados)

Toda buena secuela depende de algunos factores para garantizar su cálida...más que nada, que llevé a los personajes originales hacia nuevas direcciones y que adopte una forma nueva de contar su historia. El éxito artístico de "John Wick 2" radica en esto, pues a pesar de que contiene algunos guiños y frases tomadas directamente de la entrega anterior, la trama y el tono son diferentes. Mientras que la primer película era una historia de venganza con una trama que se desarrollaba al estilo del "efecto domino", con cada escena desembocando natural (y rápidamente) hacia la otra, "John Wick 2" contiene más conversaciones y escenas que dejan respirar a la audiencia, y momentos de reflexión espiritual y filosófica por parte de sus atormentados personajes. Además, hay más giros de tuerca y cambios radicales en la fortuna de nuestro atareado protagonista. El alto nivel de tragedia griega es representada en una escena oscura y conmovedora, cuando Wick confronta a la víctima de las maquinaciones de Santino. Estos múltiples momentos dramáticos son excelentes demostraciones de caracterización y narrativa y anteceden los momentos de acción que llegan, en algunos momentos, a superar algunas de las secuencias mas memorables de su predecesora. Un tiroteo en catacumbas romanas, una graciosa y juguetona persecución pie donde se intercambian disparos con silenciador en medio de una estación de tren y un maravilloso clímax en un museo de arte que culmina en un cuarto de espejos, haciendo un eco brillante con Enter the Dragon y Lady from Shanghai. Todas estas secuencias son filmadas con el mismo cuidado y pulcritud de estilo, permitiéndonos observar cada movimiento por rápido que suceda. Cada tiro y cada golpe tiene un efecto que hasta nosotros podemos sentir.  Otro de los grandes aciertos esta película fue el reparto de actores secundarios de lujo, con actores que regresan de la primer película (McShane, John Leguizamo, Lance Reddick) y acertadas nuevas adiciones: Laurence Fishburne, devorando sus escenas; un sorprendentemente habilidoso Common; el siempre estimable Franco Nero; y Ruby Rose como una sicaria sordomuda que silenciosamente se roba algunas escenas.

"John Wick: Chapter 2" es una excelente película y se vale por si misma, de manera que no podría decirles si es mejor que la primera. Las dos tienen valores propios que, dependiendo de gustos y preferencias, inclinan la balanza de una a otro. Tendrían que pasar algunos años para que yo pudiera decidir por "la mejor", pero por el momento disfrutemos está película operística, imaginativa y emocionante. Espero con ansías ver la tercera parte, pues la escena final promete alcanzar nuevos niveles. 9.5/10.

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