La guerra contra las drogas, habiendo crecido en el tamaño y la escala de una guerra "tradicional", se ha establecido como un ejemplo perfecto de un conflicto interminable. El gobierno de los Estados Unidos envía asesores cuyos consejos no mejoran las condiciones de los países latinoamericanos que han sido destrozados por la violencia y la corrupción institucional. Las compañías de seguridad privada también obtienen ganancias, pero es un trabajo que destroza el alma de hombres como Santiago "Papa" García (Oscar Isaac), un asesor hastiado que dirige un asalto contra las operaciones del narcotraficante Lorea. Los oficiales de policía son derribados por bazucas y fuego pesado, antes de que Santiago gane la pelea con un disparo preciso y calculado de su lanzagranadas. La precisión es uno de los motivos principales de esta historia, y aparece constantemente, imbuyendo todos los aspectos de las escenas de acción. Santiago gana la pelea en favor de la policía del país, que procede a ejecutar a la mayoría de sus prisioneros, después de que uno de ellos le ruega por su vida declarando que sabe que Lorea está escondido en la jungla, en una casa que resguarda todo su dinero en efectivo. Santiago verifica esta información con su informante, la bella Yovanna (Adria Arjona), cuyo hermano se ha involucrado en el imperio criminal de Lorea. Yovanna quiere que ella y su hermano queden fuera del alcance de Lorea, mientras que Santiago quiere salir de su vida, deseando cobrar dos grandes puntajes: matar a Lorea y tomar su dinero como pago final por toda una vida de soldados ingratos.
Santiago reúne a un
equipo—al estilo de los Siete Samurais—
de antiguos compañeros de las Fuerzas Especiales con quienes desea compartir el
dinero y una misión final exitosa. Francisco "Catfish" Morales (Pedro
Pascal), un piloto de personalidad práctica y cuya licencia ha sido revocada la
revocación después de un arresto por tráfico de cocaína; el experto en artes
marciales, Ben Miller (Garret Hedlund), quien se trabaja como luchador de MMA;
y el hermano de Ben, el Capitán William "Ironhead" Miller (Charlie Hunnam),
un devoto de la violencia que disfruta de sus habilidades y estilo de vida como
"guerrero", y que tiene problemas para adaptarse a un estilo de vida
civil, especialmente cuando es propenso a estrangular a las personas por no
mover sus carritos en los supermercados. La reputación de William lo precede,
ya que se gana la vida dando discursos motivacionales en diferentes bases del
ejército, cuando Santiago presenta su oferta para liquidar a Lorea y tomar su
dinero. William se unirá a él siempre y cuando convenza al capitán Tom
"Redfly" Davis para que se una a ellos. Tom es un padre divorciado
que fracasa en la venta de condominios y que lucha por pagar su pensión
alimenticia. Él es el estratega del equipo, y tiene una mente sherlockiana. Es
muy reacio a unirse a Santiago, pero su falta de dinero, las obligaciones
familiares y la presión de sus compañeros finalmente lo convencen para
aconsejar al equipo y unirse a ellos.
Triple
Frontera es una película de robo militar que disfraza una
tragedia griega sobre el destino, la codicia y las historias que nos contamos
sobre nuestras vidas para motivarnos. El plan del equipo avanza y J.C. Chandor
(director del gran El año más violento, Margin Call y Cuando todo está perdido) dirige estas escenas
con una pureza de estilo y claridad, sus secuencias de suspenso respiran y se
desarrollan a su debido tiempo. Las escenas de acción son realistas, rápidas y
precisas. Triple Frontera es una
película de acción que evita todos los vicios de las películas de acción del
siglo XXI: no hay acercamientos extremos constantes, cámaras temblorosas,
edición rápida o geografía confusa. Todo está tan claramente enmarcado como en un
drama, porque eso es lo que es. Las cosas van bien para el equipo, y después
van mal, deshaciéndose pieza por pieza. Uno está atrapado en un huracán de
emociones: por un lado y por la naturaleza del género, esperamos que nuestros
protagonistas logren su misión y obtengan el dinero que sienten que se merecen,
y nos solidarizamos con ellos. Pero una vez que vislumbramos algunos de sus
lados más oscuros y hacen algunas elecciones brutales, nuestra lealtad como
espectadores vacila. Y ese es un resumen perfecto de la relación entre la forma
en la que en el mundo real se romantiza a los soldados y lo que realmente
hacen. En un momento dado, los personajes señalan que, sin tener una bandera en
sus hombros, todo lo que hagan será considerado asesinato y robo. La línea es
así de delgada.
En el guión de Chandor y
Mark Boal, las ambigüedades reinan, e incluso algunos aspectos narrativos se mantienen
intencionalmente en la oscuridad. Tom sospecha que Yovanna podría estar
mintiendo respecto a su relación con Santiago. Ella insiste en que está
diciendo la verdad. Tom sigue adelante, pero todavía cree que ella está
mintiendo para encubrir algo. Esta sospecha no se resuelve, pero es uno de los
muchos aspectos de la película que la hacen interesante. El número de tragedias
y accidentes que ocurren en la película no se puede rastrear claramente a una
sola fuente, aparte del hecho de que la misión no debería haberse llevado a
cabo en primer lugar. Los defectos personales y la motivación de cada personaje
ayudan a abrir el camino trágico de cada uno de ellos. Tom quiere que el dinero
cuide de su familia y ya no sentirse como un perdedor civil hasta el punto de
que ignora su lado lógico; William está poseído por el orgullo de guerrero y
por su identidad como hombre de violencia que toma decisiones basadas en esta
idea de sí mismo; Santiago habla de querer eliminar a Lorea porque es un virus
que ha infestado el país, y quiere quedarse con su dinero porque siente que se
lo merece después sus años de servicio como agente de la “policía mundial”,
pero matar a Lorea no terminara la guerra contra las drogas o con la corrupción
institucional, y será reemplazado por uno o más hombres como él, o algo peor, y
su justificación moral para quedarse con el dinero de las drogas es
extremadamente débil. Debo admitir que al principio me decepcionó el casting de Lorea, porque no le consideré
una presencia intimidante o memorable, pero ese es también el punto: es un
villano genérico, simplemente otro capo de la droga entre cientos. El verdadero
antagonista de la película es la debilidad de cada personaje y la misma
Providencia, que da y toma lo que considera oportuno.
Una película donde la
elección de cada personaje es importante y cada acción tiene una consecuencia, Triple Frontera es diferente a muchas
películas de hoy en día. Filmado en lugares maravillosos y con un sentido
clásico de enmarcación fotográfica y de edición, es una digna secuela de
excelentes películas de Netflix como El
rey forajido. Esta es una película que desearía haber visto en la pantalla
grande. Una gran película que disfrutaré en repetidas ocasiones y una buena heredera
del “cine de la codicia” al estilo de El tesoro
de la Sierra Madre.
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