Las películas navideñas familiares y de buena calidad han
sido escasas durante este milenio. En tiempos pasados, las fiestas decembrinas
eran una temporada perfecta para contar historias sobre el espíritu de la
Navidad, la bonhomía y generosidad de corazón y espíritu que crece en los
corazones de las personas durante estas fechas. En estas películas, los vicios
humanos, el egoísmo, la disfunción familiar y la insatisfacción personal eran
disipadas o contrarrestadas por la aventuras con valiosas lecciones que
facilitaban la apertura del corazón de las personas. Lamentablemente, este
sub-genero en los últimos años ha sido utilizado para películas sobre familias disfuncionales
cuyo sentido del humor agrio y negativo ofrecía un ponche amargo para los que
buscaban una película que despertara un agradable calor en el pecho de los espectadores.
Por eso es sumamente agradable ve runa película como “Las
crónicas de Navidad”, que además de ser una emocionante aventura repleta de
elementos fantásticos y giros graciosos a aspectos tradicionales del folclor
santa-clausino, es además una película sobre el lazo de unión que debe de
existir entre hermano y hermana, y como a pesar de las diferencias de edad y de
las tragedias familiares se puede salir adelante y crear una relación más
afectuosa y solida.
Teddy y Kate Pierce (Judah Lewis y Darby Camp) son los hijos
de una enfermera (Kimberly Williams-Paisley) y un bombero (Oliver Hudson) fallecido
en la línea del deber. El padre de familia era un entusiasta de la navidad que
organizaba todos los aspectos de la fiesta con tal de crear un ambiente
maravilloso para su familia, por lo que tras su muerte un gran vacío existe en
la casa. La avispada Kate, quien continúa la tradición de grabar los eventos
navideños con la cámara de su padre, tiene una relación tensa con Teddy, quien
en su rebeldía adolescente ahora se dedica a robar autos para salir de paseo
con sus amigas. Cuando la madre de ambos es llamada a cubrir un turno en
Nochebuena, Teddy y Pierce accidentalmente graban a Santa Clause (Kurt Russell)
mientras entrega regalos y terminan subiéndose a su trineo, lo que causa una
serie accidental de desperfectos que terminan dejando a los hermanos y a Santa
en medio de Chicago (miles de milles de su hogar en Massachusetts) con los
renos huyendo a diferentes partes y un trineo descompuesto. Santa y los niños
llevan a cabo una serie de intentos para restablecer el viaje nocturno para la
entrega de regalos, pues si Santa no cumple con su cometido a tiempo, el mundo
se sumirá en un oscurantismo y en la desesperación. El trayecto termina siendo
más difícil de lo esperado, y termina involucrando a la policía, criminales y a
los elfos de Santa.
Divertida e imaginativa, “Las crónicas de Navidad” está
situada en un mundo donde Santa es extremadamente real y en donde es capaz de
caminar hacia cualquier individuo y preguntarle cosas específicas de su vida
mientras busca ayuda para restablecer su viaje. El gran carisma de Russell es
uno de los fuertes principales, pues además de ser creíble como un Santa de
carácter mas super-heróico que no es obeso ni se ríe haciendo “jo jo jo”, hay
un brillo en sus ojos y una bondad áspera pero genuina que son excelentes para
el personaje, además de que se nota que se la está pasando a lo grande con el
papel. Tan así, que parece que la película fue una reunión familiar agradable,
pues en ella aparece su hijastro Oliver Hudson y otro pariente famoso en una
aparición sorpresa. Los hermanos Kate y Teddy son interpretados de manera
realista, y resulta conmovedor como la tragedia que ha caído en su familia ha
creado dificultades en una relación que anteriormente era completamente
estrecha. Ver el restablecimiento de esta relación es una cosa sumamente satisfactoria
que rara vez se ve en películas navideñas contemporáneas.
Niños y adultos se divertirán con los elfos de Santa,
personajes generados por computadora que hablan un idioma élfico de tono
escandinavo, y cuya actitud y variedad de personalidades nos traen a la mente a
los Gremlins. El toque del productor Chris Columbus está presente, no solo por
la presencia de los elfos y la ambientación en Chicago, sino por las secuencias
de aventura y acción emocionantes, la increíble imaginación visual que se
manifiesta en el diseño de la tecnología (y magia) clausiana en el trineo y en
el Polo Norte, sino también por la habilidad de contar una historia
protagonizada por niños con una gran dimensión humana. Adicionalmente, una de
las escenas climáticas toma lugar en la Ciudad de México y somos testigos de
unas maravillosas tomas áreas a través del Zocalo y el Palacio de Gobierno.
Sin duda, “Las crónicas de Navidad” es una opción excelente
para ver en las fiestas de Diciembre y una película navideña que, por primera
vez en años, puedo recomendar para todas las familias.
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