Críticas y ensayos sobre cine, música, libros, televisión, cómics y todo el resto del universo creativo, sin fronteras de ningún tipo, sean estas nacionales, culturales, de formato, medio, estilo o gusto.
El último capítulo de una de las aventuras narrativas
más ambiciosas de la historia después de veintidós películas en once años, Avengers: Endgame es una montaña rusa de
emociones y un logro impresionante, que ata los cabos de diferentes películas
para un resultado satisfactorio en todos los aspectos. En cierta medida, es
hasta curioso que demos por sentado la existencia del Universo Cinematográfico
Marvel, tomando en cuenta la increíble empresa que resultó y, más importante,
la increíble calidad de la obra en su totalidad al contar una historia
serializada con personajes que se desarrollan de manera orgánica y profunda a
lo largo de diversas películas a pesar de las diferencias en cuanto a
libretistas y directores, sin mencionar que, a pesar de la idea falsa de la
supuesta similitud de la mayoría de las cintas, diferentes tonos y matices.
Avengers:
Endgame cuenta el fin de una era tras un cataclismo apocalíptico.
La mitad del universo ha sido evaporado por el Titan Loco, Thanos, tras
chasquear sus dedos con la ayuda de las Gemas del Infinito. Su intención de
restaurar un balance en el universo para que pueda prosperar con este
exterminio universal no ha sido exitosa. Mientras él vive sus días retirado en
una granja, planetas como la Tierra se encuentran en un estado de
descomposición y trauma social. Después de una increíble secuencia que cierra
una parte de la historia, saltamos cinco años en el futuro y vemos como las
personas luchan para salir adelante. El capitán Steve Rogers lleva a cabo
sesiones grupales para sobrellevar el duelo y salir adelante; Natasha Romanoff
coordina a los Vengadores sobrevivientes (incluyendo a Carol Danvers y Rocket
Raccoon) para pacificar el universo; Tony Stark se ha retirado y asumido una
vida familiar. Algunos viven vidas más oscuras, como Clint Barton, que ahora se
ha vuelto un brutal justiciero que asesina a criminales para crear su propio
balance, pues estos hombres viven y su familia no.
Es en este mundo nuevo, desolado y caótico, en donde
una pequeña esperanza surge, gracias a una fatalidad cósmica (vislumbrada por
el Dr. Strange en uno de sus 14 millones de escenarios) por parte de Scott Lang
y sus experiencias en el reino cuántico. Es a través de una aparentemente
descabellada idea a través de la que los Vengadores restantes (incluyendo
también a Nebula, War Machine, Bruce Banner y un Thor destrozado por la culpa y
el fracaso) buscaran arreglar lo que no pudieron salvar en su momento. Pero
pagarán un precio temible, repleto de sacrificios y momentos que terminarán por
definir el auténtico valor de sus personas.
Un final perfecto para la saga, Avengers: Endgame utiliza su propia historia como escenario final.
En cierta medida, esta película es la que mas se siente como ver un comic en
vivo, tanto por el concepto de su trama como por su desarrollo como por ciertos
elementos visuales que le resultaran familiares a todos aquellos que crecimos
durante los 80’s y 90’s con sus sagas épicas y grandes desenlaces. Pero, aunque
el espectáculo es impresionante, Avengers:
Endgame triunfa en sus momentos íntimos (que superan en cantidades a los de
acción), momentos en los que vemos a personajes a los que queremos, estimamos o
empatizamos enfrentarse a tremendas encrucijadas. El final del trayecto de los
personajes, héroes y villanos, es conmovedor de diferentes maneras. Los hermanos Russo siempre fueron, a mi parecer, los mejores directores y narradores para la saga de Marvel, los que mejor comprendieron a sus personajes y que pudieron desarrollar una auténtica dimensión humana dentro de esta combinación de cine de acción con opera espacial y thriller político.
Puedo decir verdaderamente que es su totalidad es
una obra bien lograda, y supera los logros de otras sagas cinematográficas de
muchas entregas, incluyendo Star Wars.
No puedo decir mayor cumplido que ese.
Está crítica está traducida del inglés. Para leer la versión original hacer click AQUÍ La guerra contra las
drogas, habiendo crecido en el tamaño y la escala de una guerra
"tradicional", se ha establecido como un ejemplo perfecto de un
conflicto interminable. El gobierno de los Estados Unidos envía asesores cuyos
consejos no mejoran las condiciones de los países latinoamericanos que han sido
destrozados por la violencia y la corrupción institucional. Las compañías de
seguridad privada también obtienen ganancias, pero es un trabajo que destroza
el alma de hombres como Santiago "Papa" García (Oscar Isaac), un
asesor hastiado que dirige un asalto contra las operaciones del narcotraficante
Lorea. Los oficiales de policía son derribados por bazucas y fuego pesado,
antes de que Santiago gane la pelea con un disparo preciso y calculado de su
lanzagranadas. La precisión es uno de los motivos principales de esta historia,
y aparece constantemente, imbuyendo todos los aspectos de las escenas de
acción. Santiago gana la pelea en favor de la policía del país, que procede a
ejecutar a la mayoría de sus prisioneros, después de que uno de ellos le ruega
por su vida declarando que sabe que Lorea está escondido en la jungla, en una
casa que resguarda todo su dinero en efectivo. Santiago verifica esta
información con su informante, la bella Yovanna (Adria Arjona), cuyo hermano se
ha involucrado en el imperio criminal de Lorea. Yovanna quiere que ella y su
hermano queden fuera del alcance de Lorea, mientras que Santiago quiere salir
de su vida, deseando cobrar dos grandes puntajes: matar a Lorea y tomar su
dinero como pago final por toda una vida de soldados ingratos.
Santiago reúne a un
equipo—al estilo de los Siete Samurais—
de antiguos compañeros de las Fuerzas Especiales con quienes desea compartir el
dinero y una misión final exitosa. Francisco "Catfish" Morales (Pedro
Pascal), un piloto de personalidad práctica y cuya licencia ha sido revocada la
revocación después de un arresto por tráfico de cocaína; el experto en artes
marciales, Ben Miller (Garret Hedlund), quien se trabaja como luchador de MMA;
y el hermano de Ben, el Capitán William "Ironhead" Miller (Charlie Hunnam),
un devoto de la violencia que disfruta de sus habilidades y estilo de vida como
"guerrero", y que tiene problemas para adaptarse a un estilo de vida
civil, especialmente cuando es propenso a estrangular a las personas por no
mover sus carritos en los supermercados. La reputación de William lo precede,
ya que se gana la vida dando discursos motivacionales en diferentes bases del
ejército, cuando Santiago presenta su oferta para liquidar a Lorea y tomar su
dinero. William se unirá a él siempre y cuando convenza al capitán Tom
"Redfly" Davis para que se una a ellos. Tom es un padre divorciado
que fracasa en la venta de condominios y que lucha por pagar su pensión
alimenticia. Él es el estratega del equipo, y tiene una mente sherlockiana. Es
muy reacio a unirse a Santiago, pero su falta de dinero, las obligaciones
familiares y la presión de sus compañeros finalmente lo convencen para
aconsejar al equipo y unirse a ellos.
Triple
Frontera es una película de robo militar que disfraza una
tragedia griega sobre el destino, la codicia y las historias que nos contamos
sobre nuestras vidas para motivarnos. El plan del equipo avanza y J.C. Chandor
(director del gran El año más violento, Margin Call y Cuando todo está perdido) dirige estas escenas
con una pureza de estilo y claridad, sus secuencias de suspenso respiran y se
desarrollan a su debido tiempo. Las escenas de acción son realistas, rápidas y
precisas. Triple Frontera es una
película de acción que evita todos los vicios de las películas de acción del
siglo XXI: no hay acercamientos extremos constantes, cámaras temblorosas,
edición rápida o geografía confusa. Todo está tan claramente enmarcado como en un
drama, porque eso es lo que es. Las cosas van bien para el equipo, y después
van mal, deshaciéndose pieza por pieza. Uno está atrapado en un huracán de
emociones: por un lado y por la naturaleza del género, esperamos que nuestros
protagonistas logren su misión y obtengan el dinero que sienten que se merecen,
y nos solidarizamos con ellos. Pero una vez que vislumbramos algunos de sus
lados más oscuros y hacen algunas elecciones brutales, nuestra lealtad como
espectadores vacila. Y ese es un resumen perfecto de la relación entre la forma
en la que en el mundo real se romantiza a los soldados y lo que realmente
hacen. En un momento dado, los personajes señalan que, sin tener una bandera en
sus hombros, todo lo que hagan será considerado asesinato y robo. La línea es
así de delgada.
En el guión de Chandor y
Mark Boal, las ambigüedades reinan, e incluso algunos aspectos narrativos se mantienen
intencionalmente en la oscuridad. Tom sospecha que Yovanna podría estar
mintiendo respecto a su relación con Santiago. Ella insiste en que está
diciendo la verdad. Tom sigue adelante, pero todavía cree que ella está
mintiendo para encubrir algo. Esta sospecha no se resuelve, pero es uno de los
muchos aspectos de la película que la hacen interesante. El número de tragedias
y accidentes que ocurren en la película no se puede rastrear claramente a una
sola fuente, aparte del hecho de que la misión no debería haberse llevado a
cabo en primer lugar. Los defectos personales y la motivación de cada personaje
ayudan a abrir el camino trágico de cada uno de ellos. Tom quiere que el dinero
cuide de su familia y ya no sentirse como un perdedor civil hasta el punto de
que ignora su lado lógico; William está poseído por el orgullo de guerrero y
por su identidad como hombre de violencia que toma decisiones basadas en esta
idea de sí mismo; Santiago habla de querer eliminar a Lorea porque es un virus
que ha infestado el país, y quiere quedarse con su dinero porque siente que se
lo merece después sus años de servicio como agente de la “policía mundial”,
pero matar a Lorea no terminara la guerra contra las drogas o con la corrupción
institucional, y será reemplazado por uno o más hombres como él, o algo peor, y
su justificación moral para quedarse con el dinero de las drogas es
extremadamente débil. Debo admitir que al principio me decepcionó el casting de Lorea, porque no le consideré
una presencia intimidante o memorable, pero ese es también el punto: es un
villano genérico, simplemente otro capo de la droga entre cientos. El verdadero
antagonista de la película es la debilidad de cada personaje y la misma
Providencia, que da y toma lo que considera oportuno.
Una película donde la
elección de cada personaje es importante y cada acción tiene una consecuencia, Triple Frontera es diferente a muchas
películas de hoy en día. Filmado en lugares maravillosos y con un sentido
clásico de enmarcación fotográfica y de edición, es una digna secuela de
excelentes películas de Netflix como El
rey forajido. Esta es una película que desearía haber visto en la pantalla
grande. Una gran película que disfrutaré en repetidas ocasiones y una buena heredera
del “cine de la codicia” al estilo de El tesoro
de la Sierra Madre.
Confundida y desorientada
por sueños inexplicables, Vers (Brie Larson) agente de la Starforce para el
Imperio Kree es entrenada por su mentor Yon-Rogg (Jude Law), quien la rescató
de un accidente hace muchos años. Vers esta muy apegada a sus emociones, lo
cual afecta su rendimiento en el combate cuerpo a cuerpo, aunque sus
habilidades como guerrera aun son efectivas. La Starforce se encarga de
proteger a los Kree de las amenazas externas, como los Skrulls, una raza alienígena
con la capacidad de asumir la forma de toda vida a la que pueden observar, aun en
el nivel genético. En una emboscada con los Skrulls, Vers es capturada y sus
memorias analizadas. Dentro de esas imágenes, ella recuerda cosas que había
olvidado y se percata de lo poco que sabe sobre si misma. Tras su escape, Vers llega
al planeta C-83, conocido por sus habitantes como el Planeta Tierra, en el año
1995, y se encuentra con el agente Nick Fury, quien termina asistiéndola en su búsqueda
por la verdad.
Tomando elementos
importantes de la opera espacial, el primer acto de La Capitana Marvel evoca algunos de los momentos y sensaciones más fantásticas
de La Guerra de las Galaxias y otros
ejemplos importantes del subgénero. Brie Larson interpreta a Vers de manera
sardónica y determinada, una soldado capaz de seguir sus instintos y guiarse
por su propio compás moral. Su química con Samuel L. Jackson es excelente
durante la porción de convierte de la película donde ambos actúan en modo de “pareja
dispareja”. Aunando en esto, los elementos de ciencia ficción de conspiración
(dado la naturaleza de los Skrulls y varios giros en la trama), hacen de La Capitana Marvel una de las películas
más versátiles en cuanto a género. Conviene hablar poco de los detalles de la
trama, pues parte importante de la cinta es en la revelación de algunos
secretos, y aunque al principio pueden resultar confusos tantos flashbacks inexplicados, poco a poco la
narrativa de la película nos encamina en un trayecto narrativo claro.
Dirigida con gran
capacidad por el dúo de directores independientes Anna Boden y Ryan Fleck, La Capitana Marvel tiene buenas escenas
de combate cuerpo a cuerpo, que hacen buena dupla con los momentos emotivos.
Algo que ayuda mucho es que los obstáculos a los que se enfrentan los héroes no
son de carácter tan gigantescos como en películas recientes de superhéroes, lo
que ayuda a crear una obra más centrada. El clímax resulta evocador de Dragon
Ball Z, en especial cuando aparecía una nueva fase del super sayayinEl cameo de
Stan Lee resulta uno de los más enternecedores de la saga y como de costumbre
hay dos escenas post-créditos. La banda sonora orquestada y compuesta por Pinar
Topak es de las mas memorables de las películas de MCU. La última escena
post-créditos es un chiste, pero la escena que ocurre en medio de los créditos
es de las memorables de Marvel. Carol Danvers es un personaje memorable, una
heroína que de seguro inspirara a muchas pequeñas, no solo por sus capacidades
físicas, sino por su templanza, iniciativa y sentido ético.
Para Leer la versión original en inglés, CLICK AQUÍ
El estado de nuestro
mundo nos invita a abrazar la desesperanza. La inacción criminal, colaboración
e instigación de las personas en el poder con respecto a los tremendos delitos
ambientales y económicos cometidos por conglomerados empujan al mundo a una
situación que, dentro de unos años, fomentará una existencia nueva e
insostenible para la mayoría de la gente. Este es el temor de Michael (Philip
Ettinger), un activista ambiental liberado de la prisión después de participar
en un mitin no violento. Su esposa, Mary (Amanda Seyfrid) está preocupada por
él y ha invitado a su pastor, el Reverendo Ernst Toller (Ethan Hawke) a
aconsejar a Michael. Michael no quiere traer a un niño a un mundo que parece
estar al borde del caos completo. El reverendo Toller lo escucha, está de
acuerdo con él respecto a la situación del planeta, pero le dice que su bebé
tiene tanto derecho a existir como cualquier otra criatura, como las plantas o
las especies en peligro de extinción. Él le dice que, si bien el cambio
climático es un desarrollo reciente, lo que Michael siente ahora, la "oscuridad",
ha sido una parte constante de la experiencia humana desde que el hombre
adquirió la capacidad para razonar. "Ser sabio", dice el pastor,
"consiste en tener dos verdades contradictorias simultáneamente, en
nuestra mente, la esperanza y la desesperación. Una vida sin desesperación es
una vida sin esperanza. Mantener estas dos ideas en nuestra cabeza es la vida
misma".
Esta secuencia se
desarrolla en una parte temprana de la asombrosa obra maestra de Paul Schrader,
First Reformed, una película que ve
al guionista erudito, uno de los escribas del cine más preocupados por el
malestar espiritual y el anhelo de redención, incluso para los hombres más
desdichados, nuevamente en forma tras décadas de trabajar en películas B con
guiones de nivel C. First Reformed es
Schrader puro, sin diluir. Su educación calvinista combinada con su comprensión
de la teología católica (e incluso una pizca de su afecto por la cultura y la
cocina japonesas) está en plena exhibición. No es ningún secreto que está
influenciado por Bergman, Bresson y Tarkovsky (con quienes comparte tanto el
estilo visual como las preocupaciones temáticas) y por las obras literarias de
Mishima y Georges Bernanos, cuyo Diario
de un sacerdote rural (también una película de Bresson) es una fuerte influencia
en la estructura de la película. A pesar de sus intentos de ayudar a Michael,
Toller es como un médico incapaz de curarse a sí mismo. Sufre de dudas, culpa y
la incapacidad de participar más activamente con las personas que lo rodean. La
película comienza con él inicio de un diario que llevara a cabo por un año, con
la esperanza de fortalecer su conexión con Dios, participando en su escritura
como si fuera una forma de oración. Tiene la intención de destruir y quemar el
diario después de doce meses. Sin embargo, incluso este ejercicio, que comparte
con nosotros a través de la voz en off, parece ser inútil. Siempre está
insatisfecho con sus escritos y sus descripciones. Él dice que uno siempre debe
ser despiadado cuando escribe sobre uno mismo, pero es más despiadado acerca de
su elección de palabras que en sus acciones.
Toller era un antiguo
capellán, descendiente de una larga línea genealógica de soldados. Alentó a su
hijo a alistarse en la guerra en Irak, aunque sabía que la guerra no tenía
justificación moral, solo para que su hijo pudiera continuar con una tradición
familiar. Esto resulta en la muerte de su hijo y en el final de su matrimonio.
Encuentra empleo y la oportunidad de mejorar las cosas en First Reformed, una
iglesia histórica en Nueva York que ahora forma parte del imperio religioso del
Reverendo Joel Jeffers (Cedric "the Enterntainer" Kyles). Jeffers
predica desde una “mega-iglesia” que cuenta con un gigantesco personal e
incluye un estudio, una cafetería, consejeros y grupos pastorales para jóvenes.
Jeffers es un estudiante de las escrituras, carismático y un hombre de negocios
astuto. Mientras que Toller está relegado a prestar servicios a unos pocos
feligreses y actuar como guía turístico para el ocasionales grupos de visitantes
o escuelas, Jeffers se involucra con un público más amplio. Además, tanto la
mega-iglesia como First Reformed reciben el respaldo y la ayuda de Erik Balq
(Michael Gaston), el presidente de Industrias Balq, que, entre otras cosas,
también está involucrado en el negocio de la energía y es uno de los
principales contaminadores del país. También financia la restauración de la iglesia
First Reformed para su 250 aniversario.
Es en este contexto que
aumenta el viacrucis espiritual de Toller. La tragedia golpea el centro de la
comunidad de Toller y su crisis solo empeora. Afligido por los dolores de
estómago, Toller se mantiene callada al respecto y sigue bebiendo whisky
mientras escribe su diario en su habitación apenas amueblada. Esther (Victoria
Hill), la directora del coro en la mega iglesia, está enamorada de Toller y se
da cuenta de su mala salud, pero Toller se resiste a sus intentos de ayudarlo.
Lo único que parece darle un respiro momentáneo de sus dolores es su relación
con Mary, aparentemente de naturaleza pastoral, y su creciente fijación con los
problemas ambientales que preocupaban a Michael. Con el tiempo, Toller comienza
a consumirse con estas preocupaciones y contempla tomar medidas drásticas.
Schrader siempre se ha
preocupado por las historias sobre hombres que dicen poco pero que están
encarcelados por obsesiones abrumadoras, que intentan aplacar con el
autocastigo, los regimientos físicos duros y el deseo de ejercer un cambio en
su mundo a través de un acto de purificación suicida. Travis Bickle en Taxi
Driver es el ejemplo más conocido, pero también se pueden ver estos personajes
en Rolling Thunder, Raging Bull, Mishima: A life en cuatro capítulos. Los paralelismos con estas
creaciones anteriores son lo suficientemente fuertes como para que también se
pueda ver First Reformed como un
remake de Taxi Driver, con Toller
como una especie de Pastor Bickle (incluso hay una escena en la que Toller
vierte un poco de medicamento para el estómago en su whisky, que es una gran
imagen visual, paralela a la escena en la que Travis mira las burbujas de su
Alka-Seltzer). Pero hay aspectos sobre esta película que la hacen apasionante
por sí misma. Por un lado, la película es muy dialógica, con escenas de debate
teológico que son tan nítidas y brutales como cualquier escena de acción. Hay
una corriente de comedia negra que puede hacer reírse con amargura,
especialmente con respecto a algunos de los intentos poco entusiastas de Toller
de ser afable con la gente, a pesar del terror que asfixia su alma.
Lo que también sorprende
de la película es la nitidez de la escritura y la percepción de Schrader sobre
el estado de la cultura política moderna. El conflicto en la película se
centra, finalmente, en la relación moral y ética entre la misión cristiana
genuina y el estrangulamiento que el capitalismo estadounidense tiene sobre su
entrega real. Durante una sesión de un grupo de jóvenes, uno de los muchachos
rechaza con rencor el argumento de Toller contra la idea de que la justicia
cristiana engendra prosperidad. El joven argumenta que la visión de Toller del
cristianismo es la religión de un perdedor y comienza a enumerar una serie de
agravios estadounidenses reaccionarios: “Retira la oración de las escuelas. Dar
dinero a la gente demasiado perezosa para trabajar por ello. Y hagas lo que
hagas, no ofendas a los musulmanes”. Toller está desconcertado por esto, ya que
se da cuenta de que, a pesar de la noción de identidad cristiana en América,
los ideales cristianos con respecto a la pobreza, el pacifismo y la mansedumbre
no son muy comercializables. Hay momentos de gran ironía visual, pero mi
favorito tiene lugar en la cafetería de la mega iglesia. Toller y Esther se sientan en una mesa, y detrás
de ellos vemos versículos de los Hechos
de los Apóstoles (“44 Todos los creyentes estaban juntos y tenían todo en
común. 45 Vendían propiedades y posesiones para dar a cualquiera que lo
necesitara. 46 Todos los días continuaron reuniéndose en los patios del templo.
Ellos partieron el pan en sus hogares y comieron juntos con corazones alegres y
sinceros, 47 alabando a Dios y disfrutando del favor de todas las personas”)
que contrastan bastante con las nociones de evangelistas como Jeffers. o
“Pilares de la Comunidad” como Balq. El pragmático Jeffers regaña a Toller por
haberse divorciado del lado práctico de su misión, diciéndole que escritores
como el monje Thomas Merton pasaron sus vidas aislados, escribiendo libros y
sin tratar con las realidades prácticas de conectar con las almas de los
feligreses. Pero la realidad es que la visión del cristianismo que promueve la
corriente establecida es responsable de crear un mundo en el que el cuidado por
la Tierra se considere tema político que divide a liberales y conservadores, y
donde los políticos y adinerados usan su dinero e influencia para mantener felices
a los potentados y dormidos a los creyentes. Es en este escenario donde Toller
finalmente pregunta, una y otra vez, "¿Dios nos perdonará?"
First
Reformed es una experiencia poderosa y aplastante de una
película. Es una película que invita a la reflexión y también nos enfrenta
sobre lo que significa ser un cristiano en relación con el estado del mundo y
cómo a veces asumir los problemas del mundo por nosotros mismos puede llevarnos
a un egoísmo que puede volverse violento. Es una gran película que no ofrece
soluciones claras, como debería ser. Al igual que Toller narra: "Con qué
facilidad hablan de la oración, aquellos que nunca han orado realmente", a
veces lo que parece ser una tarea fácil no se puede lograr sin enfrentar la
oscuridad del alma dentro de nosotros.
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The Night Comes For Us es un festín de acción ultra violenta elegante y
con pocas interrupciones distribuido por Netflix. Es otro de los triunfos de la
compañía de streaming 2018, y otra
joya de la corona indonesia en lo que se refiere a películas de acción brutales,
cinéticas y con coreografías brillantes. Dirigida por Timo Tjahjanto (Headshot) y protagonizada por tres actores
de la duología de The Raid, Joe
Taslim, Iko Uwais y Julie Estelle, esta es una delicia para los fanáticos de la
acción.
En los mares del
sudeste asiático, los Tríadas imponen su implacable control sobre los negocios
ilegales (tráfico de drogas, tráfico de armas, tráfico de personas y otras
empresas similares) al enviar seis delegados para asegurarse de que todo
funcione correctamente en todos los países donde los Tríadas mantienen su
dominio. Conocidos como los Seis Mares, estos ejecutores asesinan aldeas
enteras si se atrapa a algunos pueblerinos robando la mercancía de los Tríadas.
El gángster de Yakarta, Ito (Joe Taslim) es uno de los Seis Mares y es muy
efectivo en su trabajo, hasta que un día se enfrenta a una pequeña niña llamada
Reina (Asha Kenyeri Bermúdez), la única sobreviviente de su último exterminio.
Ito decide perdonarle la vida y acribilla a sus propios hombres. Huyendo como
traidor, regresa a Yakarta y con la ayuda de su ex mejor amigo Fatih (Abimana
Aryasatya) y sus compañeros (incluyendo Zack Lee como el memorable "White
Boy" Bobby) trata de obtener nuevos pasaportes y dinero para comenzar una
nueva vida lejos del alcance de los Tríadas. Sin embargo, otro de los Seis
Mares, Chien Wu (Sunny Pang) envía su propio ejército tras Ito y Reina, y manda
personalmente al ambicioso ex amigo de Ito, Arian (Iko Uwais), para liquidar al
traidor.
Lo que sigue a
continuación es secuencia tras secuencia de quebrantamiento de huesos, degollamientos,
destripamientos y destrucción de cráneos, mientras Ito y compañía luchan contra
el suministro interminable de esbirros armados con cuchillos por parte de Chien
Wu. Además de estos soldados desechables, Chien Wu tiene bajo su mando a un par
de psico-lesbianas, Alma (Dian Sastrowardoyo, con un corte de cabello bob, el atuendo de Mia Wallace, la
actitud desdeñosa de una villana de anime y un hilo filoso que usa como laso) y
Helena (Hannah Al Rashid, caucásica con cabello largo estilo vikingo afeitado por
un lado y una afición por los cuchillos kukri), que se encuentran entre los personajes
badass más terroríficos que has
visto. Para complicar las cosas es la apariencia de la increíblemente ruda
Operadora (Julie Estelle), una mujer que monta en bicicleta con un traje de
espía con chaqueta de cuero, que también hace trizas a varios matones y cuyos
motivos son completamente diferentes a los de Chien Wu.
Escoger una escena de
acción favorita en esta película es bastante difícil, porque hay un montón de
ellas. Personalmente, disfruté bastante de la embestida en el apartamento de
Fatih antes de la mitad de la duración de la cinta, y de las rudas peleas entre
las damas guerreras. Joe Taslim es una fuerza de la naturaleza aquí, sangrando
copiosamente y al mismo tiempo que siembra una destrucción increíble de una
manera muy brutal. Él va cara a cara con Uwais, que en esta ocasión interpreta
a un antagonista (aunque con conflictos internos). El telón de fondo de
neon-noir en los clubes nocturnos de Macao y en los muelles de Yakarta fijan a
esta película estéticamente dentro de la misma corriente que las películas de Raid y las películas brillantes de Johnnie To como Fuk Sau y Drug War, por lo que no hace falta decir que la fotografía y el
diseño de escenografía son hermosos. El uso de accesorios también es genial: si
lo ves en la pantalla, se puede usar como un arma, incluso la red para la mesa bolas
en una mesa de billar. Una advertencia justa para quienes están acostumbrados
al cine de acción occidental tradicional de hoy en día: esta es una película
extremadamente sangrienta que no recomiendo mirar mientras se come. Todas las
formas creativas de cortar y cercenar cada parte del cuerpo se demuestran aquí
y con realismo apabullador.
The Night Comes For Us es una película de Heroic Bloodshed exagerada en la que la trama, la motivación y la
distinción entre los buenos y los malos se definen por una línea muy delgada:
los buenos quieren salvar a una niña, los malos quieren matarla. Aparte de eso,
los dos lados están involucrados en actividades criminales terribles y no
tienen ningún problema en matar de manera extraordinariamente brutal a sus
oponentes en el combate. Lance sus bobas expectativas de realismo por la
ventana y aproveche al máximo el poder pulverizador, empapado de sangre, pero
muy física y visualmente elegante de la acción indonesia.
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Caifanes irrumpió en la
escena en el momento adecuado. Mientras que la música Rock en México tuvo un
momento bajo los reflectores entre mediados de los 50 y principios de los 70,
una ofensiva del gobierno contra el legendario festival musical Avandaro
condujo a la supresión de las estaciones y la distribución del rock mexicano,
como parte del intento del PRI de sofocar lo percibían como una radical
subversión de la izquierda y la importación de ideales extranjeros en el
paisaje cultural nacionalista de México. La creencia de que las bandas de rock
mexicanas estaban contaminando la cultura y la sociedad debido a su lenguaje
callejero, el uso de Spanglish (o simplemente el inglés en casos como el de
bandas como los Dug Dugs) y las letras sobre los estilos de vida cotidianos y ariscos
también fue motivo de esta embestida. Los músicos mexicanos de Rock no
desaparecieron entre principios de los 70 y finales de los 80, pero pasaron a
la clandestinidad, lanzado sus canciones de forma independiente y tocando en
lugares pequeños o medianos en las principales ciudades.
Caifanes (en este
momento conformado por el cantante/guitarrista/compositor principal Saul
Hernández, el bajista Sabo Romo, el baterista Alfonso André y el tecladista
Diego Herrera) fue influenciado musicalmente, líricamente y en el vestuario por
la escena musical británica alternativa de la época, y Siouxsie y los Banshees,
Joy Division, The Cure y Bauhaus fueron nombrados por ellos entre sus
influencias. La portada del álbum sirve como una prueba inequívoca de esto: una
fotografía en blanco y negro de la banda en posturas de tenebrosas, todos vestidos
de negro, tres de ellas con las melenas al estilo Robert Smith, sus pieles
pálidas contrastando con su delineador de ojos. Parecían importaciones
británicas y muchas personas se sentían repelidas por su apariencia. Poco
sabían que la banda estaba formada por chicos mexicanos de clases populares que
crecieron escuchando la misma música que la mayoría de los mexicanos: Agustín
Lara, Pérez Prado, Javier Solís y Los Panchos. Su álbum debut, que incluye
muchas de sus canciones más famosas, es un testimonio de este mestizaje, una
manifestación de la doble naturaleza de México: igualmente europeo y amerindio.
El nombre de la banda es una referencia a la clásica película mexicana de 1966,
una de las primeras películas de la creciente contracultura de esa década.
Un bordón. Respiración
fuerte. Un redoblar de la batería. Un grito victorioso. Ese es el comienzo de
"Mátenme porque me muero", el primero y feroz tema de su álbum
homónimo de debut de 1988. El juguetón título de la canción recuerda a la farsa
de 1958 de Tin-Tan y encapsula a la perfección el espíritu de la banda: uniendo
sus influencias góticas y post-punk con la tradición mexicana del fatalismo
romántico. Empapado en una atmósfera de melancolía, sus letras hablan del dulce
abrazo de la muerte mientras se emite una declaración de amor devoto que
trasciende los tiempos: “Cuando me muera y me tengan que enterrar/Quiero que
sea con una de tus fotografías/Para que no me de miedo estar abajo/Para que no
se me olvide como es tu cara/Para imaginar que estoy contigo/Y sentirme un
poquito vivo.”
Caifanes redobla sus esfuerzos
mientras realiza un ligero cambio de ritmo. "Te estoy mirando" comienza
como un ritmo de ritmo acelerado con algunas influencias de calipso, y luego se
convierte en una balada gótica pura, con sus tintineos nocturnos en el piano y
su bajo energético. La tercera pista es "La Negra Tomasa", el primer
sencillo de Caifanes y el monstruoso éxito que los convirtió en un nombre
familiar. Cover de una canción escrita por el compositor cubano Guillermo
Rodríguez Fiffe, vendió 600,000 copias. La canción fue elegida por Caifanes y arreglada
a manera de un Rock-Cumbia para mostrar su conexión crianza popular en la
Ciudad de México y como un recordatorio divertido de que, mientras estaban
influenciados por Joy Division y The Cure, eran capaces de indagar en el lado
divertido y festivo de la música popular latinoamericana sin perder el ritmo
(también abren sus conciertos con la canción, originalmente porque pensaron que
era divertido sorprender a la gente con su canción menos rockera). Los puristas
del Rock en México estaban furiosos y los tacharon de vendidos, pero la canción
los presentó a un público más amplio y sigue siendo uno de sus canciones más
queridas. El ritmo rebotado que no sale de tu cabeza durante días, la
entonación de tristeza amorosa y despreocupada de Hernández y un episodio
musical épico de tres minutos que incluye una flauta y un sonido de saxofón muy
sexy la convierten en una canción definitiva del Rock Cumbia.
Regresan a su lado más oscuro con
el ritmo gótico de la depresión inducida por el rompimiento del corazón en
"Cuéntame tu vida", una canción que transmite un universo de sonidos resquebrajados,
la imagen del hombre como un perro enfermo que gatea, ladre y muerde patéticamente
(las comparaciones entre los perros/lobos y loa hombres son un motivo recurrente de
Caifanes y eventualmente se convirtió en el logotipo de la banda), alienado por
la vida callejera y una obsesión abrumadora. Típico de Caifanes, el coro suena
optimista, pero las estrofas devuelven al narrador al purgatorio de su propia
creación. Es una canción que reúne más ganchos y cambios musicales en cuatro
minutos y veinticinco segundos que muchos artistas pueden hacer en sus carreras
musicales. "Sera por eso" desarrolla más está propuesta y es la
canción que suena más como una balada post-punk pura. El narrador de la canción
(cantando en un tono más grave y más lastimoso que de costumbre) es un hombre
enajenado y es una canción conmovedora por sus letras y música. Sus imágenes de
electroshocks (dado a él, canta el narrador, en parte porque se niega a rasurar)
y la disociación con la realidad era diferente a todo lo que se escuchaba en la
música mexicana “mainstream” en ese momento, y uno se pregunta cómo los
incipientes fanáticos de los Caifanes de 1988 interpretaron esta canción. El solo
de saxofón de lujo y la enigmática y escalofriante risa de Hernández al final
cierran la pista con gran estilo.
La joya de la corona de este
álbum, en lo que a mí respecta, es el increíble “Viento”, una canción que se
destaca porque suena diferente del resto del álbum, ya que no suena como una
canción con tintes folclóricos ni un ejemplo del gótico, sino que es una
canción romántica y emocionante sobre la devoción hacia un ser querido. Las
letras son hermosas y vulnerables, ayudadas en gran medida por la entrega suave
de Hernández, una sección de ritmo que evoca un sentimiento de esperanza y
anhelo en igual medida y un coro que afirma claramente que el amor no tiene
límites (“Que quiero orbitar planetas/Hasta ver uno vació/Que quiero irme a
vivir/Pero que sea contigo/Viento amarranos/Tiempo detente muchos años/Viento
amarranos/Tiempo detente muchos años”). Aquí se puede ver cierta influencia de
Javier Solís, el mejor intérprete de bellas imágenes románticas que a veces
bordeaban lo psicodélico.
Las siguientes dos pistas
prefiguran la dirección de la banda en su siguiente álbum, un sonido que solo puedo
describir como "Rock prehispánico", ya que los arreglos y el paisaje
sonoro suenan a lo que los aztecas habrían tocado si hubieran conocido la
música Rock, manera en la que puedo describir de manera sencilla el estilo característico
por el que se recuerda a Caifanes. “Nunca me voy a transformer en ti” es una afirmación enérgica y desafiante contra
la influencia de las fuerzas negativas que nos rodean, ya sea la sociedad, la familia
o las relaciones rotas. “Perdí mi ojo de venado” es una referencia a una creencia
popular de ciertos indígenas del sur de México, similar a los amuletos
protectores, y tiene un coro muy divertido que se basa en una serie de rimas
muy mexicanas, como una especie de oraciones a los santos católicos (“Hazme una
limpia por favor, amor/despójame de todo mal, carnal/quema mi ramo por favor,
amor/antes que yo te queme a tí, a ti”) y con un gran sonido de flauta
proveniente de los teclados de Herrera.
Las últimas tres pistas que
cierran el disco son mis menos favoritas, pero aún son excelentes canciones.
"Amanece", "La Bestia Humana" y "Nada" cierran la
declaración musical que es "Caifanes" con oscuras manifestaciones cargadas
de anhelo y la aceptación de la alienación y la soledad que forman parte de la
condición humana. De estas tres canciones, "La bestia humana" es destacable
por dos razones: la enfurecida afirmación del narrador de que las manipulaciones
y la crueldad de la amada lo están convirtiendo en una bestia humana
enloquecida y enojada; y el hecho de que Gustavo Cerati, ese gigante argentino del
Rock latino, aparece tocando la guitarra con ese sonido inconfundible que hizo
de Soda Stereo una de las grandes bandas del Rock en español. Su influencia se
puede sentir en los arreglos y en el trabajo preciso y funky del bajo de Sabo y
la batería de André.
“Caifanes” es uno de los mejores
álbumes de debut que he escuchado y sin una sola canción que podría llamar
"débil" y es, definitivamente, uno de los discos más trascendentales
de la historia musical mexicana. Sabo, Romo, Herrera y Hernández se encajan
fantásticamente. Fue uno de los álbumes que dio inicio al renacimiento general
de la música Rock en México y sería seguido por muchas otras bandas geniales
durante los años 90. Fue también el primer y último álbum en el que Caifanes
usaría sus influencias británicas de manera tan notable. Fueron una banda que
cambiaba su estilo con cada disco, y su siguiente álbum tiene más un estilo
folclórico-náhuatl-oscuro que mucha de la influencia británica depresiva que
está presente aquí. Pero como un trabajo de fusión entre diferentes géneros y
sensibilidades musicales, "Caifanes" sigue siendo inigualable, y es
mi favorito personal de sus cuatro álbumes.
5/5
Duración: 45:56 (nota: La edición del CD que tengo,
cortesía de la línea “Recupera tus clásicos”, incluye tres canciones
adicionales: una versión alternativa de "Mátenme porque me muero", la
versión de radio de "La Negra Tomasa" y versiones mono de "La
bestia humana" y "Matenme ...")
Canciones
calificadas y ordenadas de acuerdo a mi gusto:
1. Viento
(5/5) (más .5 extras porque es una de mis canciones favoritas de todos los
tiempos)